En horas de la tarde del lunes, 11 de mayo, falleció en el Hospital Carlos Roberto Huembes, el ciudadano Domingo Elder Rodríguez Gaitán, de 44 años. Trabajó en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino en el área de Migración y vivía en el barrio América Dos, en Managua.
El acta de defunción indica que la razón del deceso fue por «neumonía», pero sus familiares aseguran que fue por coronavirus y que el doctor que firmó la carta les dijo que «no podía ponerle que murió por COVID-19, porque podía perder su trabajo y además porque era una orden de la compañera Rosario Murillo».
Vladimir Rodríguez, de 40 años, hermano del difunto, denunció a Artículo 66 que su hermano era diabético y empezó a presentar fiebre el 1 de mayo. Un día después se fue a su clínica provisional en el Hospital Carlos Roberto Huembes. «Él se contagió en su trabajo, era diabético se inyectaba su insulina por la mañana y por la tarde. Él se la controlaba y comenzó con los síntomas, se fue al hospital y le dijeron que era glucosa alterada y lo regresaron a la casa», contó Vladimir.
Según el relato, los síntomas continuaron a los dos días y por ello, decidió ir nuevamente a consulta. Fue hasta en ese momento que le hicieron la prueba de COVID-19 y dio positivo. «Ya iba mal, llevaba los bronquios tapados, ya iba morado, lo metieron al hospital cuando dio positivo a coronavirus. A él lo tiraron con los pacientes aislados y ahí ni la pastilla le querían dar, no se querían acercar para no contagiarse, porque los médicos no cuentan con la protección adecuada», sostuvo el hermano de la víctima.
Vladimir recuerda que el sábado 9 de mayo, su hermana recibió una llamada de las autoridades del hospital donde les ordenan que compre el ataúd. «Le dicen a ella que vaya a buscar la caja, porque necesitan tenerla ahí, porque él no se estaba recuperando sino empeorando. El fallece el lunes, 11 de mayo, por la tarde y a nosotros nos entregaron el cuerpo en bolsas negras y la caja sellada a eso de las siete de la noche», relató.
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Además, denunció que como familiares tuvieron que comprar unos clavos de cuatro y un martillo, y que fueron ellos quienes sacaron la caja del hospital. «No fueron dignos ellos de agarrar la caja para sacarla y montarla a la camioneta. Nos dijeron que ellos no se querían infectar. Después camino al cementerio iban motorizados y una patrulla de la Policía que iba cuidando que nadie más fuera», reveló. A su hermano lo enterraron en el cementerio Sierras de Paz, en Managua, al llegar ya se encontraba una pala mecánica para echarle tierra.
Por otro lado, Vladimir reveló que el doctor identificado como Sarrias cuando los familiares de Domingo lo cuestionaron porque había escrito en el acta de defunción que su muerte fue por neumonía y no por coronavirus. «Él nos respondió de la manera más degenerada y sin vergüenza, me dijo que no podía ponerle que murió por COVID-19, porque podía perder su trabajo y además porque era una orden de la compañera Rosario Murillo», aseveró.
Cuatro días después de la muerte de su hermano, Vladimir cuestiona la doble moral de la pareja presidencial, en especial la de Rosario Murillo, quien ha acusado a medios de comunicación independientes y hasta a familias de víctimas de manipular imágenes y vídeos sobre los pacientes de COVID-19 que ellos esconden. «Yo la desmiento y le digo que estas cosas sí suceden en Nicaragua. Mi hermano murió porque no lo quisieron atender, quieren seguir ocultando y no decir la verdad», indicó.
Vladimir, quien asegura identificarse como un exmilitante sandinista, recalcó que después del deceso de su hermano, a su casa ni siquiera han llegado los del Ministerio de Salud (Minsa). «Sé que no se van a acercar, porque a mí me conocen, a mí no me pueden engañar yo camine con ellos y sé cómo es la mentira de ellos (…) Ahora los CPC del barrio andan diciendo que mi hermano murió por diabetes, pero esos muertos no son entregados en cajas selladas», reflexionó.
Domingo Rodríguez trabajó por 12 años en el aeropuerto. Vladimir confió que trabajadores del centro de trabajo de su hermano llegaron a ofrecerles dinero a cambio del silencio de su familia. «Los trabajadores del aeropuerto llegaron queriendo comprar la muerte de mi hermano con diez mil córdobas, otros hermanos decidieron no agarrarle ningún tipo de dinero, porque eso es como comprarle la muerte de mi hermano».
Otro familiar contagiado y un fallecido
En cuanto a los familiares contagiados, Vladimir sostiene que Domingo vivía con otro de sus hermanos, quien también se contagió de COVID-19. «Él estuvo en el Hospital Alemán Nicaragüense, le dieron de alta y ahora está en cuarentena, encerrado en un cuarto. Gracias a Dios se está recuperando satisfactoriamente», indicó.
Vladimir señaló que además su tía Celia Concepción Gaitán Espinoza, de 61 años, murió por el virus. La mujer usaba transporte público, ya que ella tenía un negocio de ropa y solía salir los 15 y 30 a cobrar a sus clientes y ese cree que fue el foco de contagio. Ella vivía en el barrio Bertha Díaz, en Managua. De acuerdo con el relato del denunciante, el 30 de marzo, Gaitán se desmayó en la calle por Linda Vista y la tuvieron que llevar al Hospital Lenín Fonseca donde le dijeron que era presión arterial.
Al día siguiente llevaron a la señora al Hospital Manolo Morales, pero debido a su condición de salud fue trasladada al Hospital Alemán Nicaragüense. «Mi tía comenzó con los cansancios. Ahí le hicieron la prueba dio positivo y ahí la intubaron. No permitieron que la viéramos, no quisieron que llegáramos al hospital, pero a nosotros otras personas nos decían que estaba grave», aseguró.
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Según la denuncia, la señora estuvo ocho días hospitalizada. «El domingo 10 de mayo, ellos (los de hospital) dijeron que estaba comiendo, pero de repente el martes 12 nos dicen en la mañana que ella ya había fallecido, pero nos entregan como a las siete de la noche, en la caja sellada y ellos hasta ya habían escogido el cementerio Puertas del Cielo, ahí por el barrio Milagro de Dios», concluyó.
Cuantas cosas debío esconder este ex militar.. Y ahora que le ha tocado el mal a él, siente lo que son capaz de hacer estos inhumanos… No deseo que nadie más pase por esto, pero si deseo que este mal le llegue a los que pudiendo hacer algo para minimizar el problema no lo hacen.. Como también deseo que este mal les llegue a la familia Ortega Murillo, para que sientan lo que es sentir dolor en carne propia. Que ganan con esconder la verdad y ezponer al pueblo? Porque no salen de sus cavernas ellos y demuestran al pueblo que todo está bien, que visiten Hospitales y ayuden.
Es malo desear el mal a alguien, aunque sea,su enemigo, lo dicho por sus labios se puede revertir, por el karma, y si no lo cree, usted es responsable de usted y de los suyos, acuérdese que el Señor Jesucristo nos enseñó a perdonar y El dará el juicio final.
No sé arriesgue, acuérdese de Dios y Dios arregla las cosas
Así le paga el diablo a quien bien le sirve dice un refran,,que lastima y que pesar por la muerte de esa persona el que trabajaba en migración en el aeropuerto,,,Bueno pero la verdad que la vieja engendro diabólica de la chamuka,,,en su sed de venganza se esta llevando a sus militancia de vace,,osea a los ZAPOS,,a los serviles ,lo lamento por ellos,,pero allí tienen esa muestra de lo malo y perverso que son su presidente y su banda de ladrones …..NO SEAN PENDEJOS,,NO LES CREAN A ELLOS,,Toda la vida ellos han sido MALOS,,MALANDRINES ,,MISERABLES Y MALDITOS..
Así paga el diablo, lo digo porque a través de los Ortega-Murillo gobierna un principado que tiene sometido a Nicaragua. Ortega y Murillo son unos Cerdos(a)
Es lamentable ver morir hermanos Nicaragüenses cada día, pero quizás esto haga abrir los ojos a los sapos que al final son los más expuestos por el hecho de pensar en todas esas actividades de la bruja. No le quisiera desear el mal a nadie pero es inevitable reflexionar que quienes se merecen morir son sus seguidores más que ellos aún (Los Ortega Murillo) porque estos merecen pagar por sus crímenes y la muerte sería un escape que Dios no les va a conceder.
Abran esos ojos a tiempo, no sigan haciendo el ridículo siguiendo a estos engendros del demonio que ya ven que pagan muy mal, yo le hago un llamado al borrego de mi papá para que entienda que está a tiempo de salvarse y que deje de ser imbécil.
Que viva Nicaragua libre