La vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo publicó en sus medios oficialistas una carta titulada “amor que todo lo puede, amor que siempre vence”, en la que ataca a los nicaragüenses que se rebelaron contra su dictadura en abril de 2018, y los señala de “terroristas”. Asimismo, arremete contra la empresa privada, por la pérdida de empleos como consecuencia de la crisis política.
“Nadie puede olvidar, quienes despidieron a más de 160, 000 trabajadores de sus empresas privadas; quienes aprovecharon para cerrar negocios, fracasados desde antes, por malas prácticas y corrupción visible e invisible”, escribió la portavoz del gobierno en su escrito de “amor”.
Murillo destaca que el comportamiento del gran capital fue “cínico” porque dijeron mentiras para “volar con capitales a lo que ellos creían paraísos”.
“Nadie puede olvidar los tropeles y tropelías que en nombre de una concepción acomodaticia y descompuesta de la “democracia”, una versión propia, saqueadora y egoísta, luego de haber incendiado, vilipendiado, calumniado y difamado, acusaban cínicamente, argumentando que el País se derrumbaba y todo estaba fallido, para volar con capitales a lo que ellos creían paraísos, vaciando de riqueza, mucha mal habida, las arcas nacionales”, insistió en su texto la primera dama.
En un discurso, el dictador Daniel Ortega, en diciembre de 2018, aseguró que tenía pruebas de los negocios que el régimen realizó con los empresarios con dinero venezolano donde muchos fueron beneficiados; sin embargo, estas aún no salen a luz.
“Ya se les olvidó a los vende patria cómo ellos disfrutaron y se enriquecieron con los programas del Alba entre Nicaragua y Venezuela. Ya se les olvidó, ya se les olvidó (…) que durante 17 años, lo que le habían dejado a Nicaragua con sus gobiernos era más pobreza, privatización de la salud y la educación; ya se les olvidó que aquí habían cortes de energía todos los días; sencillamente este era un país que no se hubiese sostenido en términos económicos y sociales. Con qué energía iban a seguir moviendo sus empresas, con qué energía”, cuestionó Ortega en su monólogo.
La vicepresidenta como sentencia recalca en cada una de los párrafos de su escrito que no olvidará los rostros de los que participaron en la rebelión de abril de 2018, ya que a raíz del levantamiento sus hijos, ella y sus cómplices han sido sancionados por Estados Unidos. Además, son acusados de crímenes de lesa humanidad, corrupción y lavado de dinero.