La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo sancionada por el Departamento de Estados Unidos, desde enero a diciembre 2019, ha destilado y difundido su rosario de insultos contra la oposición nicaragüense. La mujer de Ortega, en sus alocuciones de mediodía a través de sus propaganda oficialista, lanzó sus epítetos contra los ciudadanos a quienes en primera instancia catalogo como “vándalos”, “delincuentes”, “terrorista”.
Los primeros insultos fueron registrados en abril de 2019, los cuales eran dirigidos a las personas y jóvenes que protestaban exigiendo libertad, justicia, democracia y quienes con audacia retomaron las marchas azul y blanco en el país.
En mayo de este año, Murillo a través de un comunicado cargado de ácido, rencor, odio y desesperación, calificó a los integrantes de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de ser “personajes satánicos”. En ese mismo, discursó descalificó a los medios de comunicación quienes han resistido a sus embestidas, a quienes señaló de participar en una “maquinación mediática con la que acompañaron sus prácticas de odio y ambición”, y los acusó de “fabricar y publicar noticias falsas”.
Para octubre, se ensañó más contra los opositores a quienes tildó de “comejenes”, “hongos”, “bacterias”, “insectos”, “plagas”.
Es evidente que la primera dama en cada mensaje que envía se muestra ansiosa, alterada y algo nerviosa; sin embargo con mucho desdén entona cada ofensa ahora no solo en contra de los jóvenes, sino también de las madres quienes claman justicia y libertad para Nicaragua.
Un mes después, en noviembre; Murillo les dejó una clara advertencia y amenaza a la oposición al afirmar que el régimen orteguista no olvida «los rostros de los criminales que lincharon al pueblo». Y también los calificó de “serviles”, “ambiciosos”, “sicarios”, “racistas”,”pro-imperialistas”, “destructores”, “vendepatrias” y “traidores”.
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También sentenció a los nicaragüenses de que “con la paz no se juega”, una consigna orteguista que es repetida por los simpatizantes, funcionarios y oficiales de la Policía quienes son fieles a la dictadura. En esa ocasión arremetió contra sus adversarios a quienes acusó de ser “lobos repugnantes”, y a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), los señaló de “manipular la palabra de Dios”.
En diciembre, la vicepresidenta explotó de odio y enojo cuando pidió a los manifestantes y opositores que “ya dejen de joder”, en ese momento se ensañó con el director ejecutivo de la ACJD, Juan Sebastián Chamorro, a quien tildó de cobarde, vendepatria y ridículo «que ni figura tiene». Las declaraciones de Murillo se dieron después de una brutal represión que ejecutó su órgano represor contra autoconvocados durante un piquete exprés en las afueras de un hotel de Managua.
Tan solo transcurrieron siete días y Murillo nuevamente volvió a la carga para agregar una nueva palabra al rosario de ofensas contra la oposición, esta vez, los llamó “rapiñas del imperio” y “sicarios imperialistas” a quienes además acusó de ser los responsables de que Nicaragua “no sea un país pobre, sino empobrecido” ya que según ella la oposición nacional e internacional quiere saquear el país y arrebatar los derechos a un pueblo humilde y trabajador.
Aquí la lista de los epítetos utilizados por Rosario Murillo en 2019:
- Vándalos
- Delincuentes
- Terroristas
- Personajes satánicos
- Comejenes
- Hongos
- Bacterias
- Insectos
- Plagas
- Serviles
- Ambiciosos
- Sicarios
- Racistas
- Proimperialistas
- Destructores
- Vendepatrias
- Traidores
- Lobos repugnantes
- Rapiñas del imperio
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Lo único que muestran sus palabras y su actitud, es que unos cuantos usurpadores del poder en Nicaragua, permitieron que una persona con desorden mental y carente de inteligencia emocional, dicte órdenes de índole nacional. Todo lo que dice, es lo que ella destila. Está de más decir que Apesta.