La primera dama Rosario Murillo publicó su más reciente manifiesto con dedicatoria especial para los opositores, pero al parecer, está dirigida a sus estructuras partidarias. Bajo el título de “Amor que todo lo puede, Amor que siempre vence!”, Murillo lanzó otra extensa bocanada de odio, en una mezcolanza con la poesía de Rubén Darío y expresiones de su propia cosecha “literaria”.
En cada capítulo menciona el nombre del príncipe de las letras castellanas y como una queja al poeta, enumera en cada párrafo los epítetos para descalificar a los ciudadanos que se levantaron en la resistencia popular de abril de 2018.
A como es costumbre llama a los ciudadanos “terroristas” y “criminales” por exigir el respeto a sus derechos y democracia para el país; además, les recalca que “no pudieron ni podrán”, lo que ha utilizado como campaña para intimidar a la oposición en el país y eliminar sus esperanzas de vivir en país libre.
Uno de los apelativos es “sacrílegas bendiciones” que va dirigida a los religiosos que han protegido a los ciudadanos de los sangrientos ataques de sus paramilitares y policías, que entre abril y mayo de 2018 enlutaron a más de 300 familias, según los organismos internacionales de derechos humanos.
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En su carta “de amor”, Murillo también ataca a los empresarios a quienes acusa de “cínicos” por participar de las manifestaciones contra su gobierno. El Modelo de complicidad que mantuvieron por 11 años, mientras se violaban las libertades en el país, terminó en abril de 2018; es cuando empiezan los ataques de la vicepresidenta. En julio de 2018, el presidente del Consejo de la Empresa Privada (Cosep) aseguró que se habían “equivocado con Daniel Ortega”.

En cada uno de sus párrafos destaca las palabras “satánicos” y “demoníacos”, las cuales se han vuelto sus favoritas para referirse a los opositores. En medio de cada capítulo, mencionando a Darío, los tilda de “heraldos de la muerte”, “señores de la guerra”, “los delincuentes”, “los criminales”, “los ladrones”, “los macabros” y “los demonios”.