Para exembajadores, diplomáticos y analistas políticos de Nicaragua, la decisión del régimen de no permitir el ingreso del secretario de Estado del gobierno de España, podría generar efectos negativos a la administración de Daniel Ortega. El funcionario español Juan Pablo de Laiglesia manifestó que su presencia sería “con un enfoque constructivo y con la voluntad de contribuir a la búsqueda de una solución a la crisis”.
El exdiplomático Bosco Matamoros manifestó a Artículo 66 que la acción de la dictadura podría ocasionar que España considere retirar de Nicaragua a su embajadora María del Mar Fernández durante un tiempo determinado, a su vez descartó que el gobierno español decida cortar relaciones con Nicaragua. «Si no hubo ruptura con los muertos (después) de abril de 2018, no va a ocurrir en estas circunstancias, lo descarto completamente».
«Ese es un gesto muy claro donde se llama a consulta y se haga una evaluación de las relaciones con el país (Nicaragua), pero eso por otro lado no implica a que eso vaya a conducir a una ruptura de relaciones diplomáticas, porque este tipo de situaciones no llevan a un rompimiento».
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Por otro lado, Matamoros advirtió que estas acciones complican las relaciones de Nicaragua con la Unión Europea, considerando que este organismo podría agilizar sanciones contra funcionarios aliados del régimen. «No podemos olvidar que tienen un marco jurídico dentro del cual se aplicarían sanciones contra personeros del gobierno de Nicaragua o de entidades.
Por su parte el excanciller de Nicaragua Francisco Aguirre Sacasa remarcó que la negativa del régimen se debe a que Ortega está molesto por la posición que el gobierno de Pedro Sánchez ha tomado a raíz de la crisis sociopolítica que dejó más de 300 ciudadanos asesinados. Señaló que las relaciones bilaterales entre Nicaragua y España están en su peor momento.
Aguirre afirmó que entre las acciones que podría tomar el gobierno de España es cortar la cooperación económica. «Ellos dicen que van a reconsiderar su ayuda a Nicaragua, claramente ellos con esto dan a entender que podría reducirse o quizás hasta suspenderse por ahora, es decir van a haber consecuencias que se pueden cuantificar en euros de lo que es la ayuda española en Nicaragua», señaló el excanciller.
A través del comunicado 177, con fecha de este 20 de noviembre, España afirmó que “ha mantenido, históricamente, unas buenas relaciones con Nicaragua. La decisión del Gobierno de rechazar, por tercera vez, una visita de alto nivel, dificulta la mutua interlocución”.
Mientras tanto, el economista y analista político Róger Arteaga refutó la decisión de Ortega, tomando en cuenta que España mantiene cooperación al gobierno. Advirtió que el gobierno de Pedro Sánchez, en respuesta a Ortega puede expulsar al embajador de Nicaragua en España.
«No es remoto que decidan romper relaciones, esto es un insulto a nivel mundial y no se ve muy bien porque todos se dan cuenta de la forma en que trata un país (…), Nicaragua podría perder a un país que ha ayudado mucho, sobre todo en el comercio porque hay muchos productos que se están enviando a España, todo eso se perdería por la intransigencia de un gobierno que no se quiere llevar bien con nadie», remarcó.
El gobierno español mantiene un monitoreo sobre los hechos de represión ejercidos por la tiranía, incluso ha reiterado su llamado al cese de estas medidas contra el pueblo de Nicaragua que intenta manifestarse.
Ortega anda buscando que le manden de regreso a todos sus colaboradores en España (incluyendo Roberto Rivas y familia) y que ni él, su vice y chigüines, vuelvan a pisar un pie en Europa.