El expresidente de El Salvador y prófugo de la justicia de ese país, Mauricio Funes Cartagena, recibe un megasalario de 90,080.50 córdobas, equivalentes a aproximadamente 2,750 dólares, que salen del Estado de Nicaragua, según la planilla oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de esta nación, quien le dio protección al exmandatario y su familia para que no fueran alcanzados por la justicia salvadoreña.
Igual que Funes Cartagena, su hijo, Diego Roberto Funes Cañas, devenga un salario también pagado por la Cancillería nicaragüense por 47,250 córdobas (1,442 dólares). De Funes Cañas, incluso se filtró una fotografía de su colilla del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social y una foto de su carné de residencia, otorgada por Migración y Extranjería en el 2016, cuando la dictadura de Ortega decidió abrir las puertas al exmandatario Funes y su círculo para que evitaran ser encarcelados por corrupción, enriquecimiento ilícito y desvío de fondos públicos, en El Salvador.

Ante los señalamientos, Funes respondió en su cuenta de Twitter y específicamente se dirigió al periodista Carlos Fernando Chamorro, quien destapó el megasalario que le otorga la Cancillería. El expresidente salvadoreño, asilado en Nicaragua para evadir la justicia de su país, confirmó que recibe un megasalario supuestamente por asesorar en temas de integración centroamericana y en tono cínico recalcó que no ve “por qué tanto escándalo con lo de mi consultoría en Managua”, que eso solo demuestra que él se gana “la vida honradamente y que no es cierto que el gobierno del FMLN me mantiene”.
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Funes siguió incendiando las redes sociales cuando con su tono ofensivo y vulgar soltó los dedos y sacó su lenguaje soez, mediante un mensaje de texto, que al parecer quería mandar en privado al usuario de Twitter identificado como @CheleFunes, pero se lo dirigió a un más reciente enemigo, el presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele. Bukele le ha declarado la guerra al que llama “delincuente” de Funes y ha prometido que una vez que asuma la silla presidencial salvadoreña el primero de junio impulsará toda su maquinaria para lograr que Funes sea extraditado a su país y enfrente la justicia por corrupción. En un mensaje envenenado, también en la red social de Twitter, el presidente electo Nayib Bukele reveló la supuesta metida de patas de Funes. Con sorna, Bukele escribió: “Alguien se equivocó al mandar un DM (Mensaje Directo, iniciales en inglés)”, y lo acompañó con un emoticon de una carcajada. Junto al mensaje, Bukele acompañó la captura de pantalla en la que Funes le escribió en privado: “Ya viste lo que publico el hdp de Chamorro?”. Las letras “hdp” es la abreviatura de “hijo de puta”, con lo que Funes dejó claro el odio que siente por el periodista Carlos Fernando Chamorro, el mismo que reveló en 2016 que el expresidente salvadoreño estaba escondido en Nicaragua y que disfrutaba de escolta policial hasta para movilizarse en los supermercados de Managua.
Mientras, el delegado del orteguismo en la mesa de negociación y canciller de Nicaragua, Denis Moncada, prefirió hacerse el sordo ante el cuestionamiento que le hizo la periodista Lucía Navas, de La Prensa, sobre el porqué el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene empleado a un perseguido por la justicia salvadoreña. Navas más recibió un empujón por parte del diputado orteguista José Figueroa, quien acuerpaba al funcionario. Al igual que como actúa ante los señalamientos a los Ortega-Murillo, Moncada prefirió evadir el tema y hacerse el desentendido insistiendo con los “avances” en los acuerdos con la oposición.
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A propósito de los acuerdos, en su más reciente comunicado de este 13 de mayo, los agentes del orteguismo siguieron apostando a su discurso confrontativo y manipulador. Las fichas de la dictadura en la mesa de negociación, que se encuentra estancada por la falta de cumplimiento de acuerdos por parte de la tiranía, señalaron que continuarán trabajando por el “entendimiento, justicia, reconciliación y paz” aunque son ellos los que mantienen secuestrados los principales derechos sociales de los nicaragüenses y no permiten la libre movilización ni la libertad de expresión.
El texto que tiene el sello de la primera dama, Rosario Murillo, y que fue leído por el canciller del régimen, Denis Moncada, reitera la supuesta “disposición al cumplimiento de todos los compromisos, en el marco de nuestra Constitución y Leyes”. En su escrito, los orteguistas culpan a la oposición, a quienes tildan de “perversos”, de ser los responsables del “retroceso” en materia económica del país. En el mismo escrito enfatizan en que “los pobres han sido los más afectados por la insensatez, el egoísmo y la violencia que nos impusieron a todos, y que, como sabemos, destruyó mucho de lo avanzado, en la justa e indispensable lucha contra la pobreza. Se ensañaron contra Nicaragua, pero como también sabemos, no pudieron, y nunca podrán”.