La puesta en escena de la obra teatral Bacanal Chipote, fue más cruda de lo que se esperaba. Y es que tratar el tema de la represión y torturas que se vive en Nicaragua por parte del régimen orteguista no se puede representar de otra forma, que no sea visceral.
Este sábado, cuatro de mayo, en La Haya, Holanda, el grupo Lleca Teatro, conformado por exiliados nicaragüenses, estrenó la tan esperada obra escrita y dirigida por el leonés Mick Sarria, que dejó impactado al público presente, frente al retrato metafórico de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura.
El guión de la obra está perfectamente armado y narrado, las actuaciones son más que convincentes, transmiten y suscitan emociones de enojo, tristeza e impotencia. Sarria, reencarna un personaje grotesco y despiadado, es el que mueve todos los hilos de la historia. Es la representación del bufonesco dictador que se mofa y disfruta de los maltratos, a través de sus títeres represivos para alimentarse de la violencia, la muerte y la sangre.
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“¡Malditos golpistas, terroristas!” , son las frases que exclama el benévolo personaje en las primeras escenas, una clara referencia a los calificativos que la pareja presidencial de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, se ha dedicado a decir en su discurso, para estigmatizar a los manifestantes de la lucha cívica.
Por otro lado, está la representación de los presos políticos, abusados de manera inhumana, pero resistiendo ante la crueldad del dictador. Una Nicaragua representada en una mujer castigada y criminalizada por los abusos, secuestrada bajo el yugo del tirano esclavizador.
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Bacanal Chipote es intensa de principio a fin. No es apta para los que padecen del estómago, porque terminás asqueado, y no por la crudeza de la historia, sino ante tanto cinismo y desfachatez en las acciones y proceder de su personaje central que representa la actitud mordaz de los Ortega Murillo.
“Me dejó impactada, creo que refleja lo que realmente vive Nicaragua”. “Creo que es muy cruda, pero realista”, fueron algunas de las impresiones del público, una vez concluida la obra.
Bacanal Chipote tiene un mensaje fuerte y directo. Es como un “miranos, así está Nicaragua, abusada, ensangrentada, víctima de las barbaries que ha cometido el régimen”. La opción final es brindada al espectador, aceptar esta realidad tan cruel, o voltear la cara como suele hacerse ante el sufrimiento de los pueblos sucumbidos por las dictaduras.
Cabe destacar, que un porcentaje del valor de las entradas a esta obra teatral será destinado para los familiares de los presos políticos en Nicaragua. Lleca Teatro brindará varias presentaciones en diferentes ciudades en Holanda.
Garlería de fotos de la obra, cortesía de Lleca Teatro.