Durante una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU); los representantes de Brasil, Canadá, Costa Rica, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Argentina expresaron su preocupación por el “agravamiento de la situación de los derechos humanos en Nicaragua”, luego de la violenta represión a las protestas populares y pacíficas de abril del año pasado, que causó la muerte de al menos 300 personas y más de 2000 heridos, según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) publicado el 29 de agosto de 2018.
Los nueve países presentaron una carta para resaltar que en Nicaragua “ningún mecanismo internacional de derechos humanos monitorea actualmente la situación, después de la decisión del gobierno de retirar intempestivamente la invitación extendida a la Oficina del Alto Comisionado, y de la suspensión de la misión del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”.
Noticia relacionada: Desde el exilio, ANPDH registra más de 300 denuncias de violaciones a derechos humanos
En su carta, las nueve naciones del continente condenan las acciones del régimen de Daniel Ortega contra la libertad de prensa y expresión en Nicaragua; de igual manera exigen la liberación inmediata de todos los presos políticos e instan al gobierno a garantizar justicia para las víctimas.
Por otra parte reconocen los esfuerzos en la reanudación del diálogo nacional pero piden que se enfoquen en la amplitud, credibilidad, en la representatividad, inclusión y transparencia para lograr salir de la mayor crisis sociopolítica y económica de Nicaragua bajo la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Noticia relacionada: Dictadura «celebra» la Declaración Universal de los Derechos Humanos con más de 300 víctimas
Finalmente solicitan a la pareja presidencial renovar la cooperación de los organismos internacionales para evitar violaciones y abusos a los derechos humanos, logrando condiciones adecuadas que generen un ambiente de confianza para los nicaragüenses.