Al sacerdote salesiano Augusto Gutiérrez le tocó ver la represión de modo muy cercano. Como encargado de la iglesia San Sebastián, ubicada en la placita de Monimbó, fue testigo de la resistencia que levantaron los pobladores del mítico barrio indígena contra la represión del régimen orteguista.
Tras recibir múltiples amenazas, el padre Gutiérrez decidió salir de Nicaragua para exiliarse en Guatemala; bajo el amparo de su congregación, la orden de sacerdotes salesianos. Sin embargo, es un activo usuario de la red Twitter y monitorea diariamente la situación de sus feligreses a través de llamadas telefónicas y redes sociales.
Como Iglesia, como pastores del pueblo de Dios nos ha tocado acompañarlo y sufrir también la persecución y exilio, la amenazas de cárcel y de muerte.
No estoy de vacaciones fuera de Nicaragua. Aunque parezca que al Sr. Arzobispo se le olvide pic.twitter.com/w5ZhsU0lqJ
— Augusto Gutiérrez (@AugustoGutirre1) 17 de febrero de 2019
El pasado dominigo, 17 de febrero, Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y superior jerárquico del padre Gutiérrez en la Arquidiócesis de Managua negó de modo tajante la existencia de “sacerdotes exiliados” debido a la crisis socio-política.
Los dichos del arzobispo cayeron como un balde de agua fría en el sacerdote salesiano, quién reiteró desde sus redes sociales que él “no estaba de vacaciones” en tierras chapinas. “No estoy de vacaciones fuera de Nicaragua. Aunque parezca que al Sr. Arzobispo se le olvide”, dijo el sacerdote en un tuit del 17 de febrero, acompañado por una captura de pantalla de las amenazas que recibía en Facebook por parte de fanáticos de la dictadura.
Sí hay sacerdotes en el exilio, sacerdotes amenazados de muerte, golpeados y con campaña de desprestigio. Siento tristeza en el corazón de que los que deberían defenderlos prefieren ignorarlos.
— Edgar Qbillo (@EQbillo) 18 de febrero de 2019
En esta entrevista, el sacerdote asegura que sí ha habido casos de sacerdotes católicos que se han exiliado debido a recibir constantes amenazas por parte de fanáticos del régimen. El religioso denuncia que en ciertos lugares la Policía llega a grabar las homilías dominicales de los religiosos y matiza sobre la ambigua defensa que ha dado el arzobispo de Managua a los sacerdotes exiliados o perseguidos por sus críticas al gobierno, incluyendo al obispo Silvio José Báez; con “su personalidad”.
Artículo 66: ¿Qué opinión le merecen las palabras del arzobispo Leopoldo Brenes, asegurando que no existen sacerdotes exiliados?
Las palabras del señor cardenal (Leopoldo Brenes) sobre los sacerdotes en el exilio, creo que después de tantos meses y más aun no tratándose de un sacerdote diocesano, él no se enteró quizá de mi salida. Cuando salí supe que habían salido otros sacerdotes, pero creo que han regresado. Las amenazas y hostigamientos continúan; en varios casos, sé porque me lo han dicho, la Policía llega a oír las homilías, a grabar qué dicen.
¿Por qué cree usted que el arzobispo de Managua omite la existencia de sacerdotes que están en la condición de exilio?
Me da la impresión de que el señor arzobispo (Leopoldo Brenes) intenta desdramatizar la situación. Ojalá sea eso.
Hace poco, hubo movimientos de sacerdotes en la Arquidiócesis de Managua. El cardenal desplazó a varios sacerdotes incluyendo a varios que salieron en defensa de la población durante lo más álgido de la represión. ¿Éstos cambios son normales o podrían ser debido a presiones o amenazas que están recibiendo los curas y no desean hacerlas públicas?
Cambios de sacerdotes en la Arquidiócesis son normales. A algunos de los que más de cerca les tocó vivir la tragedia del pueblo, porque eran lugares de mayor conflicto, los cambió. Creo que es una praxis normal en una diócesis, y en relación con los que han sufrido un poco más, creo que es por su salud mental, darles un poco de alivio cambiando de lugar de misión
El arzobispo Brenes ha negado la existencia de sacerdotes exiliados. Tampoco se le ha visto una defensa fuerte hacia su obispo auxiliar cuando fue atacado virulentamente por el régimen el pasado octubre. ¿Por qué cree usted que Brenes no defiende a sus sacerdotes y obispo auxiliar, conociendo que él dice profesar un amor grande por su presbiterio?
En relación a que no se ha visto una sólida defensa, me parece que es cuestión de su personalidad. No es que no le preocupe o no se interese, sino que su manera de ser es así. Al menos es lo que me parece. La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha sido y sigue siendo un punto de referencia no solo para los fieles católicos sino también para toda Nicaragua por su palabra profética e iluminadora y por el compromiso con el anuncio del Evangelio.
En su caso particular, ¿Ha podido hablar con otros jerarcas de la Iglesia (obispos, Nuncio, superiores) sobre la situación de exilio que vive usted?
Durante los meses más difíciles de la tragedia, los meses del asedio y la represión (mayo, junio, julio) en la comunidad Salesiana de Masaya sentimos la cercanía y preocupación del señor arzobispo. Se comunicaba con el Padre superior y a veces también conmigo, para preguntar cómo estábamos. Varias veces me llamó por teléfono. Igual actitud tuvo hacia nosotros Mons. Silvio Báez. Le agradezco a ellos dos su cercanía y oración. Varios sacerdotes de la Arquidiócesis y de la Diócesis de Granada también estuvieron muy cercanos con nosotros, incluso ayudándonos con víveres para la gente de Monimbó.
Cuando arreciaron las amenazas hacia mí, el padre director (del colegio salesiano de Masaya) habló con otros Obispos para ver de qué modo se podía salvaguardar mi vida. Gracias a Dios y a la colaboración de ellos pude salir de Nicaragua por un “punto ciego”.
Ya en Honduras, al día siguiente de haber llegado, tuve la visita amable del señor Cardenal Oscar Andrés Rodríguez (también salesiano y uno de los más cercanos colaboradores del Papa Francisco). Él se interesó mucho por mi bienestar y me dio su apoyo para poder arreglar mi situación migratoria en ese país. Igual digo de Mons. Luis Alfonso Santos, obispo emérito de Santa Rosa de Copán.
Después de dos meses en Honduras, el superior provincial, buscando mayor seguridad, me destinó a la comunidad de la parroquia donde estoy en Guatemala.
¿Su caso como sacerdote exiliado es de conocimiento de organismos internacionales o nacionales de derechos humanos?
Aclaro que estoy en el exilio, aunque no en calidad de exiliado, eso a nivel migratorio tiene otro tratamiento. Por eso no he acudido a organismos de Derechos Humanos. Aunque por las noticias, algunas personas se han comunicado conmigo, se han puesto a la disposición para ayudar.
El arzobispo Brenes, el sábado pasado, sin avisar a otros miembros del Episcopado, se presentó en la Secretaría del FSLN para ser testigo de un coloquio que sostuvieron miembros del gran capital de Nicaragua con el presidente Ortega y su esposa, Rosario Murillo. A su juicio, ¿Cuáles deben ser las condiciones mínimas para reestablecer el Diálogo Nacional y cuál debe ser la actitud de la Iglesia ante la misma?
Las condiciones mínimas para un Diálogo Nacional han sido ya expresadas, solo me uno a ellas: Liberación de los presos políticos, restitución de los derechos y garantías del pueblo: derecho a movilizarse y expresarse libremente, desmantelamiento de la estructura paramilitar, renuncia del presidente (Ortega) y de la vicepresidenta (Rosario Murillo).
¿Cuál sería su mensaje para el arzobispo Brenes, sabiendo que se niega a reconocer la existencia de sacerdotes exiliados?
Mi mensaje para el señor Cardenal Brenes: Que mantenga su actitud de padre para con sus sacerdotes, con todos; y eso va junto con la comunicación constante, afable para con los que están pasando alguna dificultad.
Este Mons. Brenes nunca se le ha notado firmeza en su criterio, parece que está esperando su oportunidad en el des-gobierno.
Aqui dejo un dialogo entre Miguel Obando y Polito Brenes.
https://www.laprensa.com.ni/2015/01/07/opinion/1693614-dialogo-entre-brenes-y-obando