Hoy se cumplen 10 meses del asesinato del adolescente Álvaro Conrado, de 15 años, una de las primeras víctimas de la represión orteguista que se desencadenó el 18 de abril de 2018.
En este tiempo, las fotografías de «Alvarito» se han visto en medios de informaciones nacionales e internacionales y es casi seguro que si se le muestra a una persona en la calle una imagen del adolescente seguramente lo reconocería.
Lizeth Dávila, madre de Conrado, aseguró que en 10 meses no ha recibido ninguna información sobre el caso de su hijo por parte de las autoridades. «El caso de mi hijo y el de todos los jóvenes asesinados están engavetados. No están siendo investigados y la Fiscalía guarda silencio».
La madre del adolescente a quien se le negó atención médica en el Hospital Cruz Azul, en Managua, señala que estos 10 meses han sido los más duros de su vida y sobre el actuar del régimen orteguista afirmó que se siente cada vez más indignada.
«La pérdida de un hijo es una pérdida que uno no supera, me mataron una parte de mi vida. Me indigna escuchar a la (ministra de salud) Sonia Castro decir que ella no ordenó que negaran la atención a los jóvenes heridos, cuando mi hijo es un claro ejemplo de lo que se hizo».
El 20 de abril, Álvaro Conrado recibió un disparo en el cuello, llegó en estado grave al Hospital Cruz Azul donde los médicos y personal del hospital le cerraron las puertas y no lo atendieron, fue trasladado a otro hospital pero no resistió. Fue «como que lo hubieran matado dos veces», dijo Lizeth.
La familia Conrado cuenta que han recibido amenazas de parte de operarios de la dictadura orteguista, mensajes amenazantes e incluso en las calles les han gritado insultos y amenazas.
«Nosotros vamos a seguir pidiendo justicia, yo se lo prometí a mi hijo de que íbamos a llegar hasta las últimas consecuencias para buscar la justicia y que su muerte no sea en vano».
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Del jueves 19 de abril al domingo 22, el régimen de Daniel Ortega asesinó a más de 30 jóvenes en toda Nicaragua. Fue uno de los fines de semana más sangrientos de la represión sandinista. Estas cifras, según organismos de derechos humanos. se elevó en los siguientes días cuando jóvenes que estaban desaparecidos desde el 19 de abril comenzaron a aparecer en las morgues.