Edgar Altamirano es titular del Juzgado Noveno Distrito Penal de Juicio de Managua desde el 2008. Es uno de los siete jueces encargados de procesar a los presos políticos de la dictadura. Altamirano también fue miembro del Ejército de Nicaragua y ha sido fiel militante del Frente Sandinista.
Hasta la fecha es el coordinador de los Comité de Liderazgo Sandinista (CSL) de los juzgados penales de juicio de Managua, al cual ingresó en 1999, siendo su primer cargo juez local suplente en Jinotepe-Carazo. Su familia materna es originaria de La concordia Jinotega.
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Su fama en los juzgados, según el abogado de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) Pablo Cuevas, es que es de “perfil duro”, sin embargo en los juicios de los presos políticos no es apegado a la ley y no garantiza el respeto a los derechos humanos.

“Es una persona muy fiel a la línea partidaria. Es considerado fiel y obediente del partido (FSLN); además es alejado de lo que establece la Constitución que habla de que el Poder Judicial es un poder independiente y que no debe obediencia más que a la Constitución y las leyes, y eso él no lo práctica”.
Para Cuevas, el juez Altamirano no es un “funcionario idóneo” para ejercer el cargo por el cual recibe un salario que viene de los impuestos de cada nicaragüense. Además ha sido señalado por la población de no respetar los procesos judiciales y de condenar a los presos políticos sin pruebas.
Casos distribuidos con favoritismo
Para los abogados Cuevas y Julio Montenegro, de la CPDH, el procedimiento de la distribución de los expedientes es por conveniencia y están directamente asignados.
“Como tenemos más de diez jueces en cada una de las etapas, entraron por vía sorteo, la cual asigna casos a quienes tengan menos. (El sistema) va nivelando en otras palabras, sin embargo, en la práctica estamos detectando de que van directamente a ciertos jueces esas causas”.
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Altamirano fue el encargado de girar orden de captura contra la líder del Movimiento 19 de abril del Mercado Oriental, Irlanda Jeréz. Además le asignaron el caso de Cristian Mendoza, alias “Viper”, y recientemente condenó a los líderes campesinos Medardo Mairena a 216 años de cárcel, a Pedro Mena a 210 años de cárcel y a Orlando Icabalceta a 160 años de encierro.
Los abogados señalaron que los casos que han estado a cargo de Altamirano están carentes de pruebas y sus testigos tienen “comportamientos extraños” y testimonios divididos, pero el juez, a pesar de su conocimiento de la ley decide ignorarlos y prosigue con los procesos, a todas luces ordenados por el FSLN.
Según el exmagistrado Rafael Solís, quien renunció al cargo en la Corte Suprema de Justicia y huyó del país, después de haberse desempeñado como operador judicial de la dictadura de Daniel Ortega, los juicios contra los líderes de la protesta cívica son “políticos” y están “orientados desde El Carmen”, la sede de Gobierno y del partido sandinista. El juez Altamirano estaría en esa labor de “sicariato judicial” del orteguismo, que denuncia Solís.
Tanto ciudadanos como abogados han denunciado las anomalías en los juicios de los presos políticos, los cuales han violentado los derechos de los reos, entre ellos no permitirles seleccionar a su abogado porque le otorgan uno de oficio, expedientes con “favoritismo” y permitir pruebas que no se relacionan a los casos.
En Barrio Tangara de Ciudad Sandino le tienen una buena historia.
Como todos las sanguijuelas de su calaña, Edgard Altamirano ha violado atrozmente su investidura de funcionario público, actuando desde hace años como activista político, pero también como reclutador y engatusador de los desmovilizados del extinto Batallón de Lucha Irregular (BLI) “Juan Pablo Umanzor”, para lo que este sujeto abrió una página en Facebook que cualquier lector de Articulo66 puede ir a revisar ahora mismo, si es que todavía no la han cerrado: https://www.facebook.com/blijuanpablo.umanzor En la foto de perfil de esta página, el sicario judicial ya siendo “Juez” aparece desfilando en primera plana como “cachorro cumplidor” del Servicio Militar, y en una de las tantas fotos publicadas, presume de sus dotes de tirador infalible en una escuela militar de Estelí, que al parecer es precisamente la foto que publicaron hoy en Boletín Ecológico. Interesante, porque en esta foto donde, por cierto, Altamirano aparece portando un arma rara, están con él un soldado del Ejército y un grupo de viejos gordos vestidos para la ocasión y armados con fusiles AKs, al mejor estilo paramilitar. Anímense a revisar este Facebook. Talvez encuentran más información interesante. A ver si después de esto todavía hay algún tonto que crea en el profesionalismo y la imparcialidad de los jueces de Nicaragua, y a ver también si el desacreditado Ejército de este país “amante de la paz”, se atreve a explicarnos cómo es que una institución dizque seria como ellos, facilita los recursos del Estado y sus instalaciones para que pandillas de civiles de dudosa procedencia e intenciones y los funcionarios judiciales con conflicto de intereses como Altamirano y otros que ya irán saliendo, practiquen puntería con armas de guerra a sus anchas.