La banca nacional cerró en el 2018, 49 sucursales y ventanillas y despidió a 1, 200 personas, según cifras actualizadas del Banco Central de Nicaragua. El cierre de sucursales bancarias es una consecuencia de la caída en los depósitos bancarios y el deterioro en la calidad crediticia, según el economista Luis Murillo.

Murillo explicó que el sistema bancario sufre un reajuste, de acuerdo a la actividad económica que se presenta en la actualidad. De hecho, las utilidades bancarias hasta diciembre cayeron en promedio 29 por ciento con respecto al acumulado en el 2017.
En marzo del 2018, funcionaban 612 sucursales y ventanillas bancarias con 11,484 trabajadores. De estas, 267 estaban ubicadas en Managua y 345 en los departamentos. Sin embargo, en diciembre se reportaron 563 sucursales, 245 de ellas en Managua y 318 en los departamentos, es decir que el mayor cierre de locales se ha producido en los departamentos.

Al término de 2018 la banca registró los mismos niveles de sucursales y ventanillas que tenía en 2016, lo que refleja un grave retroceso en un país con bajo nivel de bancarización y de acceso al crédito.
El cierre de sucursales y ventanillas bancarias no ha cesado. A las 49 sucursales bancarias cerradas hasta diciembre, se han sumado otras que también fueron clausuradas en varias ciudades, entre enero y lo que va de febrero 2019. Algunas de las que se supo, mediante comunicados de las instituciones financieras e información que circula en redes sociales, fueron algunas de: Masatepe, la Isla de Ometepe, San Rafael del Sur, La Paz Centro, Diriamba, Tola, Managua y Chinandega.
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El panorama proyectado por el economista, es que sin una salida política a la crisis que vive Nicaragua, el sistema financiero se continuará compactando. Murillo calificó como “irresponsable” al Estado, que ha permitido un deterioro tan severo de la economía antes de buscar alternativas ante la crisis.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) señala que la evolución en los próximos meses de los indicadores bancarios serán claves para determinar cuánto más puede resistir el sistema a la crisis.
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Según Moody’s Investore en su último reporte de finales de enero de este año, los riesgos de liquidez en Nicaragua están aumentando debido a menores entradas de Inversión Extranjera Directa (IED); las salidas de depósitos del sistema bancario, la disminución de las reservas de divisas; y por las perspectivas de financiamiento reducido de instituciones multilaterales.
La fuga de depósitos en el 2018 alcanzó los 1,553 millones de dólares, principalmente los depósitos en dólares.