Desastrosas serían las consecuencias para Nicaragua de concretarse su expulsión del Tratado de Libre Comercio con República Dominicana y Centroamérica (DR-Cafta por sus siglas en inglés), según la apreciación del director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección (Anitec), Dean García.
Según publicaciones realizadas hace algunos días en medios de comunicación estadounidenses, funcionarios federales están estudiando el acuerdo, firmado en el 2005 con seis naciones centroamericanas, para determinar si pueden bloquear el acceso preferencial de Nicaragua, República Dominicana y El Salvador al mercado estadounidense, sin afectar el resto del acuerdo.
La lista de consecuencias enumeradas por García pasan por la caída significativa en las exportaciones, el cierre de fábricas, despidos masivos de trabajadores, caída en el aporto al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, además, la imposibilidad de importación de insumos provenientes de los Estados Unidos para la producción industrial y agrícola.
Por si fuera poco, los sectores exportadores perderían todo lo ganado en el tiempo en que lleva en vigencia el acuerdo comercial, según el empresario de Zonas Franca.
Lo ideal para los exportadores textiles sería una revisión del acuerdo comercial, ya que, según García, no existe ninguna norma o cláusula establecida en el DR- Cafta que permite a un país expulsar a otro del acuerdo.
“Nosotros como sector no creemos que sea viable expulsar a un país de un tratado de libre comercio, como habrán leído no hay en el acuerdo del Cafta ningún texto en ningún artículo, que un país puede expulsar a otro país del acuerdo de libre comercio”, explicó el director de Anitec.
Un acuerdo de revisiones periódicas en el contexto de lo que está dispuesto en el documento puede realizarse, pero para ello los empresarios deben prepararse y debe existir una comunicación oficial, argumenta el representante de las textileras en el Cosep.
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Hasta octubre del año pasado, el sector textil había exportado mil 365 millones de dólares, un crecimiento del ocho por ciento en relación al año pasado, y en volumen se exportaron 473.9 millones de metros cuadrados equivalentes, con un crecimiento del cuatro por ciento.
Aunque estos números no son los esperados por los empresarios de zonas francas, el sector es de los que mejor ha sorteado la crisis económica que ha dejado en números negativos a sectores como el turismo y la construcción.
Las expectativas de crecimiento para este 2019 dependerán de las estadísticas del año pasado, que aún no están disponibles, sin embargo, el sector por el momento no reporta cierre de fabricas ni despidos masivos.