En un discurso confrontativo y falto de diplomacia, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua expresó su inconformidad con el discurso del Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, quien expuso en la XXVI Cumbre Iberoamericana de Antigua, Guatemala, las violaciones a los derechos humanos que dirige la administración de Daniel Ortega contra los ciudadanos que se han manifestado en contra del régimen desde el 18 de abril.
Nicaragua señaló a Costa Rica de actuar “como ficha de la política injerencista de los Estados Unidos, llegó a la mesa de ese importante evento (Cumbre Iberoamericana), con disonancias atrevidas, ridículos aires de grandeza, posiciones pretenciosas, y voces de superioridad pro-imperialistas, incompatibles con el respeto al derecho ajeno, que es la paz”.
La Cancillería se empeñó en resaltar las huelgas por las reformas presupuestarias registradas en el país del sur desde inicios de septiembre de este año y tildó a esa nación de ser “candil de la calle que no ve ni quiere ver el desorden, la oscuridad, en su propia casa, donde desde su llegada al Gobierno, han proliferado conflictos sociales, económicos, institucionales, denuncias de abuso y corrupción, represión, heridos, asesinatos, tanto por los crecientes Índices de Inseguridad Ciudadana, como por actuación policial exagerada y humillante”.
Pero las autoridades nicaragüenses criticaron al Gobierno de Costa Rica, pero olvidaron a los más de 500 ciudadanos de este país asesinados desde mediados de abril, donde los principales señalados por la ciudadanía de ser los responsables de la represión son los oficiales de la Policía orteguista y paramilitares del régimen, denuncias que han documentado los organismos de derechos humanos nacionales e internacionale, muertes de las cuales la familia presidencial solo reconoce 199.
“Exigimos al presidente de Costa Rica que insiste en asociarse a la agenda desestabilizadora en contra de nuestro país y también en contra de Venezuela a que respete al pueblo y Gobierno de Nicaragua y respete a los hermanos venezolanos. Rechazamos señor presidente, toda expresión injerencista que se esté desarrollando y expresando por parte del presidente de Costa Rica”, dijo el canciller nicaragüense.
En su afán de querer mostrar que la crisis de Nicaragua es un intento suave de golpe de Estado, los representantes de Nicaragua recomendaron a Costa Rica, Carlos Alvarado, “arreglar sus asuntos internos y no utilizar a Nicaragua y a Venezuela como pretexto para evadir sus responsabilidad como presidente de su país”.
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Cabe destacar que el presidente del vecino país del sur hizo su primera mención sobre la crisis de Venezuela y Nicaragua para pedir a la región y a la comunidad internacional hacer uso de la diplomacia y el multilateralismo ante los “graves acontecimientos que se conocen”.
Según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se han registrado más de 40 mil solicitudes de nicaragüenses para protegerse de la represión orquestada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Las estadísticas de heridos superan los 4 000 y se calculan alrededor de 500 presos políticos de la dictadura.