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La Marcha de Las Flores se llevó a cabo bajo amenaza de ataques. Miles de nicaragüenses volvieron a tomarse las calles de Managua para exigir paz, justicia y democracia, y repudiar al régimen de Daniel Ortega, que en los últimos meses ha desatado una orgía de sangre que ha acabado con la vida de al menos 285 ciudadanos, según el último reporte de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Aunque la población logró vencer el miedo, al cierre de la movilización, el orteguismo volvió a atacar. Un grupo de paramilitares encapuchados que “cuidaban” un terreno que se habían tomado frente a la Iglesia Hossana, propiedad de Piero Coen, abrió fuego contra los manifestantes que buscaban salir por la Avenida Jean Paul Genie.
La balacera dejó 11 personas heridas por impactos de bala, hasta el momento se conoce de dos personas que están graves, en estado de muerte cerebral, en el Hospital Vivian Pellas. Uno de los ciudadanos fue herido mientras participaba de la Marcha de Las Flores, realizada en honor a los 20 niños y adolescentes asesinados, el otro se conoce, extraoficialmente, que se trata del universitario Isaías Emilio Portocarrero, de 20 años, quien se encontraba en una de las barricadas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
El caso de Isaías Portocarrero fue denunciado por los estudiantes atrincherados de la UNAN-Managua, quienes detallaron que entre las 9 y 10 de la mañana se encontraba recibiendo víveres y, en eso pasaron dos patrullas de la Policía disparando en contra de la barricada que se encuentran cerca del Reparto Lomas de Moserrat.
Los manifestantes de la Marcha de Las Flores, al enterarse del ataque del que estaban siendo víctimas los estudiantes de la UNAN-Managua, decidieron trasladarse a apoyar, desplazándose desde la Rotonda Jean Paul Genie hacia las cercanías del Club Terraza y la Iglesia Hossana, buscando la universidad. Antes de llegar fueron atacados por los paramilitares orteguistas que permanecían en el terreno de Coen, esto dejó 9 heridos y el fallecimiento de Ortiz.
Los heridos recibieron asistencia de la Brigada de Atención Rápida, del paramédico Harold Soza. Entre los heridos hubo menores edad, una niña de trece años recibió un balazo que lesionó superficialmente su cabeza.
La movilización en memoria de los 20 niños asesinados por las balas del régimen orteguista salió a las 10 de la mañana del monumento Alexis Arguello. Los miles de marchistas gritaron: “¡Que se vayan (Ortega y Murillo)!” y “¡Justicia!”, por los mas de 285 asesinados.
La creatividad, amor y dolor fueron evidentes. Ancianas cargando la bandera azul y blanco, niños portando morteros de cartón, adolescentes con pancartas que llevaban los nombres de los caídos, mujeres con sus niños en brazos, niñas vestidas de folklore, flores y globos blancos, negros y azules; fueron parte de la manifestación en demanda de justicia, paz y democracia.
Miriam del Socorro Matus demandó al régimen de Daniel Ortega “que se ponga la mano en el corazón y cese toda esa barbarie”, además, afirmó que “le rinde el sombrero a esa juventud valiente que está luchando por una Nicaragua libre”. Esta anciana se popularizó en videos difundidos a través de las redes sociales en los que se vio entregar su venta de agua en bolsa a los jóvenes que llegaron a protestar a la entrada del Seminario Nacional, el 16 de mayo, cuando se instaló la mesa del Diálogo Nacional.
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Elea Valle, la madre de los niños asesinados en La Cruz de Río Grande
En esta Marcha de Las Flores también se hizo presente Elea Valle, la madre de los niños; Francisco Alexander y Yojeisel Pérez Valle, de 12 y 16 años, quienes hace siete meses fueron masacrados a manos del Ejército de Nicaragua en la comunidad San Pablo XXII, municipio de La Cruz de Río Grande, Caribe Sur. Valle aseguró que continúa pidiendo justicia y que le entreguen los cuerpos de sus hijos. Además, demandó que Ortega deje el poder y que cese el derramamiento de sangre.

“Ya no aguantamos, que se vaya Daniel Ortega y la Chayo Murillo. Yo continúo pidiendo justicia por el asesinato de mis niños, que me entreguen el cuerpo de mis niños. No me canso de clamar justicia, por eso me uno a estas madres que ahora han perdido a sus hijos”, afirmó Valle quien aún mantiene vivo ese dolor que le provocó la pérdida de sus hijos.
Los nicaragüenses están cansados de la violencia y represión orteguista. La multitudinaria marcha gritaba a una sola voz “que se vayan los Ortega-Murillo”. Las pancartas demandaban el “cese de la violencia y represión”.

Al llegar a la Rotonda Jean Paul Genie los ciudadanos se encontraron con las cruces que fueron instaladas en ese punto, como símbolo del luto por los caídos. Los hombres y mujeres de la Marcha de Las Flores depositaron en ese cementerio simbólico las flores que llevaron para conmemorar a las víctimas. El recuerdo hizo llorar a varios de los asistentes.

Al sur de la Rotonda se encontraba una tarima con un toldo blanco. Al cierre de la movilización, los artistas Gaby Vaca y Carlos Mejía Godoy entonaron las canciones compuestas para conmemorar a los caídos de esta nueva revolución cívica.

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