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Los familiares de Edgar Guevara y Jonathan Morazán Meza, jóvenes asesinados el pasado 30 de mayo, “Día de las Madres, durante la masacre perpetrada por paramilitares progubernamentales y Policía Nacional en el desarrollo de una marcha en honor a las madres de los caídos en abril y mayo, denunciaron formalmente a los autores ante el Ministerio Público, únicamente, para formalizar el proceso legal, ya que aseguran que no confían en la justicia de Nicaragua.
La matanza realizada por el régimen de Daniel Ortega el 30 de mayo dejó 16 asesinatos en todo el país, de los cuales 11 fueron de Managua durante la marcha de las madres, quienes que guardan luto por los ahora más de 100 asesinatos, pero el régimen orteguista mientras gritaba palabras de paz, perpetró la masacre que dejó como regalo a las madres nicaragüenses, en su día, más luto y dolor. También, las organizaciones defensoras de derechos humanos reportaron más de 80 heridos.
Ambas familias culpan, directamente, a la Policía Nacional y a las turbas orteguistas de ser los autores intelectuales de los asesinatos. Josefa Meza, una de las familiares de Jonathan Meza, indicó, con radiografía en mano de impacto recibido por el joven, que los únicos que pueden ejecutar ese tipo de disparos certeros “son personas entrenadas”.
El disparo que recibió Jonathan fue directo a la frente, truncado así el futuro de este joven que estudiaba, en la Universidad Centroamericana (UCA), administración de empresas.
Arely Guevara, hermana mayor del difunto Edgar Guevara, también se presentó a la Fiscalía para denunciar, pero no tiene confianza y esperanza de que el asesinato reciba justicia de parte de las actuales autoridades, pero indicó que esta acción legal es para “dejar constancia”, para que en “futuro” cercano los verdaderos culpables paguen por el delito.
Los familiares de Guevara detallaron que el ciudadano de 38 años murió a las 5 de la tarde, del mismo 30 de mayo, en el Hospital Bautista de Managua. La muerte de este hombre dejó luto, dolor y tres niños en la orfandad.
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Todos estos casos han sido reportados en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) que brinda a las víctimas acompañamiento legal. En esta ocasión el defensor y abogado del Cenidh Braulio Abarca informó que de los 25 casos de los que han interpuesto denuncia, ante el Ministerio Público, no han “recibido información”.
A raíz de esta masacre del “Día de las Madres”, en la marcha más grande que ha presenciado Nicaragua en los últimos 30 años, los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) decidieron suspender el Diálogo Nacional que se estaba realizando, desde el pasado 16 de mayo, con el régimen de Ortega y distintos sectores de la sociedad nicaragüense, ya que la Iglesia Católica continúa abogando a que se detenga la represión y asesinatos.
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