La inseguridad que provocan los paramilitares y las fuerzas policiales de Nicaragua, las constantes manifestaciones en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo o las concentraciones de los simpatizantes sandinistas así como los despidos por la crisis sociopolítica que enfrenta la nación desde el 18 de abril han golpeado fuertemente a las universidades privadas, que han tenido que ajustarse a las nuevas circunstancias del país y ampararse de la tecnología para concluir con su plan de estudios en cada uno de los campus.
La mayor dificultad se ha presentado en el retiro de la matrícula. La Universidad Americana (UAM) , según su rector, Ernesto Medina; ha tenido “un número importante de retiros, de muchachos que se han ido del país, pero la universidad ha estado tratando de ayudarles a algunos de ellos con los convenios que tenemos, sobre todo, con aquellos que es temporal, lo que se ha hecho es que el segundo semestre lo cursan en otra universidad donde la universidad tiene convenios y luego regresan y retomarán normalmente sus clases”.
Aunque Medina no precisó el número exacto de retiros, señaló que es un “porcentaje importante”. La comunidad estudiantil de la UAM es de 2 200 y según una fuente extraoficial de la misma alma máter, la matrícula para el segundo semestre, a la fecha, apenas registra unos 300 inscritos, que representa un 13,63%. El nuevo periodo está previsto a iniciar a finales de agosto, pero dependerá de cómo evolucione Nicaragua. Medina resaltó que para garantizar la seguridad de los universitarios se requiere la “desmovilización de paramilitares y un diálogo en serio” porque actualmente “te detienen, te acusan de cualquier cosa y cae en manos de un sistema judicial que no da ninguna garantía” y esa situación hace que en el país no haya normalidad.
Esta misma situación la enfrenta la Universidad Central de Nicaragua (UCN). El rector Francisco López confirmó que esa casa de estudios también ha tenido retiro de matrículas. “Un cálculo preliminar, todavía no tenemos cifras contundentes porque están apareciendo más jóvenes, cada día más, calculamos que alrededor de un 40 % de estudiantes se han retirado, algunos por inseguridad; otros porque prefieren estudiar hasta el próximo año y los padres prefieren (que sus hijos vayan a la universidad) hasta que esto esté normalizado; otros se han ido del país y otros porque están en la protesta cívica y otros por razones económicas, que sus padres perdieron el empleo, les redujeron el salario”.
Lo llamativo en este caso es que del 40 %, “la mitad de ese universo ha sido por medidas de seguridad, sobre todo, los que son de primero y segundo año”, afirmó López, quien agregó que los cursos sabatinos y dominicales han registrado menor deserción al igual que los cursos de tercero, cuarto y quinto año. La UCN tiene 4 850 estudiantes y esa reducción de, en promedio 40 %, significaría que 1 940 universitarios han tomado la decisión de abandonar las aulas por la crisis.
Por su parte, la rectora de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC), Ivania Toruño, calcula que la disminución de su comunidad estudiantil llega a casi un 50 % . De los 4 800 estudiantes, en promedio, 2 400 han dicho adiós, de forma temporal, a la continuidad de su aprendizaje. La UCC se mantuvo cerrara las dos últimas semanas de abril y la primera de mayo para no exponer la vida de los estudiantes y del personal.
Mientras, la Universidad Centroamericana de Ciencias Empresariales (UCEM) ha registrado una disminución de la matrícula de cerca de un 30 %. Su comunidad estudiantil, según Kenet Gallegos, Director Comercial y de Admisiones, es de 600, por tanto, unos 180 jóvenes se vieron obligados a retirarse.
Inseguridad y desempleo, las principales causas de la deserción
El rector de la UAM señaló que los universitarios se han ido de Nicaragua debido que algunos “estuvieron involucrados en la lucha y se sienten amenazados y perseguidos y prefieren mejor irse”. Además, tuvieron casos donde los familiares de los universitarios cerraron sus negocios o perdieron el empleo y ya no hay fondos suficientes para costear los aranceles. Ante esa circunstancia, la universidad ha facilitado “arreglos de pago” para garantizar la educación de los jóvenes.
Los programas de pago también los implementa la UCEM. En el caso de los universitarios de esa casa de estudios, en su mayoría, “los padres que les costeaban sus estudios han perdido sus trabajos y por eso, están realizando arreglos de pagos”, afirmó Gallegos.
La UCC no duda en atribuir las causas de la disminución de su comunidad estudiantil a la “inseguridad y el desempleo en el que han caído muchos padres de familia. Eso ha hecho que se hayan retirado una gran cantidad de estudiantes”. La misma alternativa de dar prórroga para que los jóvenes puedan ponerse al día con sus pagos también la están implementando para garantizar la operatividad al menos con la mitad de sus alumnos.
Y es que la grave situación que enfrenta el país ha golpeado parejo. La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social estima que debido a la crisis han perdido su trabajo 215 000 personas. Los sectores más afectados son: comercio, servicios de alojamiento y restaurantes, producción de textiles y la de cuero y calzado, construcción, la intermediación financiera y la producción agropecuaria, enumeradas según el orden de caída de estos rubros.
Socan la faja con personal docente y administrativo
Ante la inestabilidad económica provocada por el retiro de matrículas que ha hecho que el flujo de las universidades se vea afectado, la UAM decidió que a su personal de planta le reduciría a la mitad el salario. El rector Medina recalcó que es una medida temporal. “Se habla por ahora de dos o tres meses (agosto a octubre de 2018) que funcionemos con un horario de medio tiempo y el salario del personal se redujo en un 50 %, se habló con el personal. Los colaboradores han entendido que es una medida extraordinaria, por una circunstancia extraordinaria y que la medida se ha tomado precisamente para preservar el empleo porque la alternativa era parecida a la de la UCA (Universidad Centroamericana), cerrar por un tiempo”.
Esa medida no solo la adoptó la UAM, en el caso de la UCN, aunque mantiene todos sus servicios educativos, el rector Francisco López recalcó que iniciaron un proceso de “control de gasto, reducción de planilla. No hemos despedido a nadie por el hecho de que hay una suspensión temporal en algunos sectores de la universidad y estamos trabajando con salarios más reducidos. Hemos hablado con los trabajadores y hemos reducido la jornada laboral”.
La UCEM reestructuró su mecanismo de trabajo y, en especial, el del personal administrativo. “Ha habido recortes, pero mínimos”, señaló Kenet Gallegos, del área comercial, aunque no precisó cuánto representaba esa disminución de personal.
La rectora de la UCC, igualmente, expresó que la situación “los obligó a suspender a parte del personal y que el personal que nosotros tenemos está dedicado a la docencia, la academia. La prioridad pasó a ser únicamente la docencia. Nosotros teníamos personal para la educación integral de los estudiantes (danza, música, canto, jornadas científicas, ferias), entonces el personal que estaba a cargo para ejecutar estas acciones, pues lo hemos tenido que suspender, al menos, por dos meses (agosto,-septiembre)”. Alrededor de un 40 % del personal quedó temporalmente en el desempleo.
Estudiantes huyen de Nicaragua
La violencia, además, obligó a algunos estudiantes a abandonar Nicaragua. En las universidades consultadas todas coinciden en que hay jóvenes que han salido del país. Sin embargo, en el caso de la UCC, donde habían jóvenes originarios de Costa Rica, Honduras y Colombia decidieron retornar a sus naciones de origen y tratar, a través de los convenios que mantiene la universidad, aprovechar para las prácticas en campus aliados como la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los nacionales también apostaron por dejar su terruño. “Hay (estudiantes) nicaragüenses que se tuvieron que ir huyendo porque sienten que su vida de alguna manera está amenazada, no saben con qué se van a encontrar, cuál es la credibilidad en el sistema de justicia que tenemos que sabemos que es nulo”, detalló la rectora Ivania Toruño, quien señaló que los países centroamericanos, Estados Unidos y España se han convertido en los destinos de estos jóvenes que prácticamente fueron obligados a migrar.
Apuesta a la tecnología
Estas tres universidades apostaron a las clases en línea para finalizar el semestre o cuatrimestre. En el caso de la UAM, ofrecieron todas las asignaturas para las carreras que ofertan a través de la web, con excepción de Odontología y Medicina, ya que estas requieren de prácticas presenciales. Igualmente, se inclinaron por cursos mixtos.
La UCN también se inclinó por los cursos en línea y eso fue lo que evitó que jamás cerraran, ya que desde que iniciaron las protestas, a mediados de abril, se decantaron por ese mecanismo.
Kenet Gallegos, de la UCEM, dijo que en la universidad tomaron la medida de suspender clases las primeras semanas de la crisis y que luego apostaron a “clases en vivo, es decir, los estudiantes podían ver al profesor y el profesor a los estudiantes. Se grababa la clase por Streaming y además, usamos Google Classroom”.
La UCC se amparó de su plataforma virtual para continuar con su calendario académico. Para ello, se enfocaron en capacitar todavía a los docentes sobre el uso de este método para ponerlo en práctica con el estudiantado. En el caso de las clases prácticas, lo que hicieron fue trasladarlas al tercer cuatrimestre. Además, se enfocaron en hacer que los jóvenes se apropien del nuevo mecanismo de enseñanza.
Para hacer frente a la crisis, las universidades han emprendido una campaña de promociones, tal es el caso de la UCEM, que ofrece matrículas “gratis”, becas y convalidación sin ningún costo para atraer al estudiantado y apoyar a los padres y madres de familia que quedaron en el desempleo.
Por otro lado, la UCC fortalecerá la atención sicosocial para sus estudiantes debido al impacto que ha generado la grave situación de violación a los derechos humanos que atraviesa Nicaragua, en especial, para los estudiantes que lograron observar “la violencia fuerte o en carne viva”.
Todo es culpa del gobierno o de Ortega o de Murillo o de los paras o de los Sandinistas… Todo. Todo. Ya es hroa de ser normales… El desastre lo causaron los golpistas, incluyendo a ese señor…