A través de un comunicado, las autoridades de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro, constituida en las instalaciones robadas a la Universidad Centroamericana (UCA), anunciaron que el inicio de clases del segundo semestre ya no se efectuará el próximo 28 de agosto, como habían planificado, sino que será hasta el 25 de septiembre.
De acuerdo con el secretario del nuevo recinto sandinista, Moisés Ignacio Palacios, el inicio de clases se pospuso porque «nos encontramos en la revisión exhaustiva de los expedientes académicos de los estudiantes matriculados, para identificar a los que provienen de familias de escasos recursos económicos».
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En la misiva firmada por el secretario orteguista se insiste en que la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro «es pública y gratuita», sin embargo; en La Gaceta de este jueves, el CNU dejó claro que el campus universitario será «autofinanciado» y no «gratis» como lo habían anunciado esas mismas autoridades.
Hasta el momento se desconoce cuáles serán los montos que los estudiantes deberán pagar en concepto de aranceles en las carreras de pregrado.
En relación a los servicios de posgrado, maestrías, doctorados, cursos y otros servicios que ofrecía la UCA, las autoridades orteguistas indicaron que se seguirá cobrando lo mismo por ello.
La Universidad Nacional Casimiro Sotelo fue inaugurada la tarde del viernes, 18 de agosto en las instalaciones que la dictadura Ortega Murillo robó a la orden sacerdotal católica Compañía de Jesús, que administraba la Universidad Centroamericana (UCA).
La UCA fue acusada de terrorismo el pasado 15 de agosto por el Poder Judicial, al servicio de la dictadura. Un día después sus bienes fueron confiscados, el jueves el CNU le retiró su permiso de funcionamiento como institución de educación superior y simultáneamente creó la nueva universidad.
Las autoridades de esa universidad han instado a todos los estudiantes a que se presenten a realizar sus respectivas matrículas. Sin embargo, estudiantes de la confiscada UCA han expresado su deseo de no continuar estudiando bajo las reglas de la dictadura. Está por verse quiénes se matriculan.