El régimen de Daniel Ortega continúa con su arremetida contra la Iglesia católica de Nicaragua. Esta vez negó la entrada a su propio país al sacerdote Eladio Sánchez, de la Diócesis de León.
Según la abogada Martha Patricia Molina, el religioso cursa estudios en Italia y habría intentado viajar desde ese país europeo hasta Managua para estar junto a su familia en el funeral de su hermano.
«Su hermano Orlando Sanchez falleció y el ha querido darle el último adiós y acompañar a toda su familia en este momento de angustia y dolor pero la Dictadura Ortega-Murillo le ha prohibido el ingreso al país», denunció Molina.
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Lo que ha ocurrido con el prelado es parte del bloqueo migratorio que la dictadura de Ortega ha impuesto, a través de la Dirección General de Migración y Extranjería, contra religiosos, opositores, periodistas y activistas políticos.
El padre Sánchez se suma a lista de religiosos a los que la administración orteguista no les ha permito ingresar al país. Hasta la fecha se contabilizan más de 80 religiosos, entre monjas y sacerdotes, expulsados u obligados a salir del país por la persecución que mantiene el gobierno sandinista.
Hace menos de una semana también se conoció que las autoridades de Migración y Extranjería negaron la entrada al país a los sacerdotes Tomás Sergio Zamora Calderón, de la Diócesis de León y William Mora, de la Diócesis de Siuna. Ambos religiosos se disponían a regresar a Nicaragua después de participar en la Jornada Mundial de la Juventud, presidida por el papa Francisco.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue sosteniendo una guerra abierta contra la Iglesia católica en el país, al punto de haber incrementado sus ataques contra la institución religiosa en más del 460 % en el primer trimestre de este año, detalla el análisis denominado «Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?».
El informe escrito por la abogada Martha Patricia Molina, pone en evidencia que el régimen de Ortega y Murillo no ha dado tregua en sus ataques cada vez más violentos contra la Iglesia católica durante los últimos cinco años, sino que los ha arreciado.
Los resultados del estudio destacan que, en el 2023, además de las agresiones directas contra la institución religiosa, también el régimen atacó la fe del pueblo nicaragüense al prohibir todas las procesiones de Semana Santa. Los dictadores prohibieron en Semana Santa de este año 3,176 procesiones. También han prohibido todo tipo de procesiones alusivas a celebraciones de fiestas patronales.