Organizaciones defensoras de derechos humanos se preguntan dónde están los tres presos políticos que llevan varios meses en desaparición forzada: el diputado Brooklyn Rivera, el catedrático Freddy Quezada y el poeta católico Carlos Bojorge.
Sobre estos rehenes de conciencia, el régimen de Managua no ha informado nada. La Unidad de Defensa Jurídica (UDJ) considera que la desaparición forzada por ocultamiento de paradero »es un patrón represivo que se ha agravado entre los meses de febrero y abril de 2024».
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«Tras las detenciones por motivos políticos, la desaparición forzada por ocultamiento de paradero se ha constituido como una práctica violatoria a los derechos humanos recurrente. Las autoridades niegan información a los familiares de las personas detenidas, en especial del lugar de reclusión», destaca la UDJ.
La organización señala que se ha impedido toda comunicación entre los detenidos y sus familiares o abogados. «De tal manera que no se tiene certeza de sus condiciones de detención, constatación de su estado de salud y vida, ni de su integridad personal, lo que genera zozobra a sus seres queridos», alerta.
El dirigente político caribeño y, hasta el momento de su captura, diputado por el partido indígena Yatama, Brooklyn Rivera, fue secuestrado por la Policía al servicio de la dictadura el pasado 29 de septiembre de 2023.
Fue sacado por la fuerza de su casa en Bilwi, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, y luego de 235 días de su captura, la dictadura no ha hecho pública ninguna información sobre su paradero ni los motivos de su encarcelamiento.
El sociólogo y profesor universitario Freddy Quezada fue secuestrado el 29 de noviembre de 2023. Con más de 170 días transcurridos desde que fue secuestrado, la dictadura no da cuentas de su paradero, de su estado de salud ni de los motivos de su encierro.
El catedrático fue sometido a un juicio sumario el 24 de enero pasado, pero no fue llevado a los Juzgados de Managua, sino que se realizó de forma virtual. El régimen le impidió contar con un abogado de su elección, en consecuencia le asignó un defensor público. La justicia orteguista lo acusó de «incitación al odio» por sus publicaciones en redes sociales, según dijo el abogado designado a la familia.
Su familia no tiene ninguna información sobre su estado de salud, no han permitido una visita familiar ni el ingreso de la medicina que necesita para controlar la diabetes que padece
El tercer caso es el del joven preso político Carlos Bojorge, quien fue capturado por la guardia sandinista el primero de enero de este año, luego de participar en una celebración católica en la catedral de Managua.
Fue mantenido en condición de desaparecido hasta el mes de marzo, cuando se supo que estaba recluido en la Galería 2 Alta del Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, pero luego de haber filtrado información sobre el maltrato al que estaba siendo sometido en la cárcel, fue sustraído violentamente de su celda por guardias penitenciarios, y hasta la fecha no se sabe nada de su ubicación ni de su estado de salud.