Los periodistas Wilfredo Miranda y Carlos Herrera, en nombre del medio digital Divergentes, recibieron este 31 de mayo el Premio Ortega y Gasset en Valencia, España, por la serie de reportajes titulado «El reto tras la masacre: memoria, verdad, justicia y no repetición», premiado como mejor cobertura multimedia.
«No es seguro que hoy pudiéramos hacer este trabajo, ahora reina aún más el silencio. En Nicaragua el periodismo es un oficio de alto riesgo», dijo Miranda al recibir el reconocimiento. En su denuncia detalló que en el país no hay fuentes de información mas que las oficiales, y «políticos, jueces y fiscales, o están encarcelados, o en el exilio, o tienen miedo».
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Ambos periodistas trabajan desde el exilio pues afirman que dentro del país «no hay libertad de prensa, no hay libertad de pensamiento y ningún periodista sirve preso ni mártir». Miranda y Herrera, dos de los nueve autores de El reto tras la masacre, participaron de la planificación y de la elaboración; los reportajes, informaciones y crónicas no están firmados, son anónimos porque «es importante preservar la seguridad de los reporteros», refirió Miranda.
Durante su discurso denunciaron con firmeza «los asesinatos y el horror con el que se vive y aún permanecen los nicaragüenses. Hay impotencia, rabia y dolor, vivimos en un estado de terror», pero confían en que su trabajo sirva para preservar la memoria, que algún día se haga justicia y, además, que no se repita. Aún así, no son optimistas sobre un futuro mejor a medio plazo. «La única salida que le veo es el reloj biológico de Daniel Ortega».
Ambos periodistas dedicaron su trabajo al «periodismo independiente de Nicaragua que no claudica ni calla frente a la represión Ortega-Murillo. En especial por los colegas presos en El Chipote», publicó Miranda, editor gráfico de Divergentes.
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El informe del Observatorio de Agresiones a la Libertad de Prensa Independiente, presentado el 21 de abril, advierte que los ataques al periodismo libre persisten, tras haber contabilizado 78 denuncias: 18 en enero, 34 en febrero y 26 en marzo. El documento señala que en Nicaragua se «ha criminalizado el oficio» del periodista, enjuiciando y condenando a hombres y mujeres de prensa «por informar o por ser una voz crítica al gobierno de Daniel Ortega».
Hasta hoy continúan en prisión los comunicadores Miguel Mora, Miguel Mendoza, Cristiana Chamorro, Jaime Arellano (ambos con régimen de casa por cárcel), Pedro Joaquín Chamorro y Juan Lorenzo Holman Chamorro.