Dos opositores exiliados en Costa Rica denunciaron ser víctimas de agresiones, amenazas y robos de parte de personas que fueron identificadas como fanáticos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Mónica Rosales relató al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que «fue interceptada en una calle cercana a la Iglesia Moravia, en San José, por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta y al momento de abordarla solo le exigieron entregarles el teléfono celular. Al no encontrárselo en el bolso que la nicaragüense llevaba la golpearon y arrastraron».
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El fin de semana fue denunciado un ataque similar a Wally Salazar Rodríguez, de 39 años, exiliado en el vecino país del sur y caracterizado por ser muy activo en redes sociales en su denuncia contra la dictadura de Nicaragua.
Salazar también fue atacado por dos motociclistas que lo interceptaron para apuntarle con una pistola y arrebatarle el celular, destruírselo y advertirle que dejara de andar haciendo publicaciones. El opositor se vio obligado a abandonar su país debido a constantes amenazas y asedio policial que sufría en el barrio Carlos Marx, por participar en las protestas de abril de 2018.
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Entre el 2018 y el 2019, un total de 54,762 nicaragüenses solicitó refugio en Costa Rica debido a la crisis de derechos humanos. En 2020, la cifra se redujo a 9,416 por el cierre de fronteras debido a la pandemia por COVID-19, pero tras la nueva embestida en 2021 más nicas decidieron huir.
Faltando un mes para cerrar el año pasado ya el número de personas que pidió auxilio internacional en esa nación superaba el récord anual con 47,534 peticiones. El vecino país del sur es el mayor destino de migración para los nicaragüenses seguido por Estados Unidos y España.