El nuevo embajador de los Estados Unidos en Nicaragua, Kevin Sullivan, se reunió esta mañana con Leopoldo Brenes Solórzano, cardenal-arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN); en el que sería el segundo gesto en menos de una semana, de acercamiento entre el enviado de la administración norteamericana a Managua con la Iglesia Católica nicaragüense.
Pese a que al encuentro no fue invitada la prensa local, las redes sociales de la Arquidiócesis de Managua compartieron una fotografía de la reunión entre el cardenal Brenes y el embajador Sullivan, dónde destacaban que la reunión prevaleció el ánimo de ambas personalidades de trabajar por la paz, justicia y diálogo en Nicaragua.
“El día de hoy el Card. Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, recibió la visita de cortesía del Sr. Kevin Sullivan, Embajador de los Estados Unidos de América. Compartiendo los valores de fe común y la preocupación a favor de la cultura del diálogo, la justicia y la paz en Nicaragua”, compartió la oficina de prensa del Arzobispo Leopoldo Brenes.
El embajador Sullivan estuvo (en el que es considerado su primer acto público) en la misa dominical celebrada por el obispo auxiliar, Monseñor Silvio José Báez; en la Catedral Metropolitana de Managua el domingo pasado. Distintos expertos han coincidido que el gesto del diplomático es una señal que el gobierno estadounidense respalda la gestión de la Iglesia Católica nicaragüense durante la crisis.
“Él es un hombre católico. Y hoy ha querido iniciar prácticamente su servicio diplomático aquí participando de la eucaristía en Catedral. (…) Simplemente él quiso venir como un fiel más a participar de la misa”, dijo el obispo Báez tras ver ser consultado por la presencia del embajador Sullivan en el templo madre de la capital.
El embajador estadounidense fue educado en el colegio Saint Ignatius y en la Universidad de Georgetown. Ambas instituciones educativas son regentadas por la Compañía de Jesús; quiénes en Nicaragua administran la Universidad Centroamericana (UCA); y cuyos sacerdotes jesuitas a nivel de Centroamérica; condenaron recientemente la virulenta campaña de desprestigio emprendida por el régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica y Monseñor Báez.
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“La Provincia de la Compañía de Jesús en Centroamérica quiere expresar su total solidaridad con el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, a quién respetamos y admiramos por su probado compromiso con el pueblo de Nicaragua. Como miembros de la Iglesia Católica, reiteramos nuestra solidaridad con la Conferencia Episcopal de Nicaragua y con todas las personas que, como el obispo Báez, están siendo amenazadas, asediadas y encarceladas injustamente”, expresaba el comunicado de los jesuitas, emitido el pasado 6 de noviembre.
Al más alto nivel
Los contactos entre la Iglesia Católica y el gobierno norteamericano para encontrar una solución pacífica, negociada y dialogada para resolver la crisis de Nicaragua han sido al más alto nivel. El pasado 10 de agosto, el vicepresidente de EE.UU. Mike Pence habló por teléfono con el Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Sana Sede en Roma; para tratar la crisis en Nicaragua.
La comunicación llegaba en un momento álgido de las relaciones entre los Obispos de Nicaragua y el régimen orteguista. Tanto Pence como el cardenal Parolin (en representación del Papa Francisco) condenaron la represión gubernamental que saldaba ya con más de 530 víctimas y ratificaron su apoyo a la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
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“El vicepresidente Pence reconoció el liderazgo de la Iglesia católica y los llamamientos del Papa a la mediación y el proceso de diálogo nacional. En particular, el Vicepresidente reconoció el sacrificio personal realizado por los miembros de la Iglesia en Nicaragua en sus esfuerzos para proteger los derechos humanos, defender la libertad religiosa y promover negociaciones de buena fe”, señalaba un comunicado emitido por la oficina de prensa de la Casa Blanca.
En esas mismas fechas, el canciller del régimen visitó Roma para tratar de “sacar” a los obispos Báez, Rolando Álvarez y Juan Abelardo Mata de la comisión mediadora del diálogo nacional.
Pese al intento del funcionario de la dictadura de ser recibido por el Papa Francisco; este último se negó a reunirse con él y envió a un funcionario eclesiástico de nivel medio (Monseñor Richard Gallager, encargado de las relaciones con los Estados) para reunirse con el canciller Moncada.