La mañana de este 21 de noviembre, miembros de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), se presentaron en las oficinas centrales de la Policía Nacional, en Plaza el Sol, para solicitar autorización para realizar una marcha el próximo domingo, 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A casi dos meses de que se realizara la marcha denominada «Somos la voz de los presos políticos», que fue una de las últimas manifestaciones grandes que se realizó en Managua, hoy nuevamente se plantea realizar una movilización en las calles de la capital, que desde hace varias semanas están ocupadas por simpatizantes orteguistas, empleados públicos y policías que se apostan en las rotondas de Managua para evitar cualquier intento de manifestación.
Entre los firmantes de la solicitud del permiso para marchar están representantes del Movimiento Feminista, miembros de la UNAB, empresarios y varios ciudadanos como José Dolores Blandino padre de la exmiss Nicaragua Xiomara Blandino, nuera de la pareja dictatorial que ha impuesto el terror a los nicaragüenses.
«Nosotros somos muy pacíficos, ustedes me han visto participando en todas las marchas, pero la policía nos ha agredido. Espero que haya una recapacitación de parte de nuestras autoridades y podamos tener una Nicaragua mejor», aseguró Dolores Blandino, quien también es empresario y directivo de la Cámara de la Construcción.
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Eveling Flores, miembro del Movimiento Feminista, aseguró que les recibieron la solicitud, pero «la carta de recibido no la firmaron, y nos dijeron que ese era el trámite. Solo dejar el documento».
El 23 de septiembre fue una de las últimas marchas en Managua, donde la policía orteguista en complicidad con grupos paramilitares atacaron a balazos a los manifestantes, asesinado al joven estudiante Matt Romero, quien es una de las últimas víctimas mortales de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que desde el 18 de abril son señalados de serias violaciones a los derechos humanos por organismos nacionales e internacionales.
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Desde que iniciaron las protestas en el país, la dictadura Ortega-Murillo desató una feroz cacería contra jóvenes, universitarios, estudiantes de secundaria y pobladores. En total, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el régimen ha asesinado a 328 nicaragüenses, aunque la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos contabiliza en 535 el saldo mortal.
Si pidieron permiso para marchar, exhortando a la policia a tomar medidas para garantizar la vida y la seguridad física y jurídica de los manifestantes es altamente probable que no den ese permiso. Los órganos de inteligencia de este régimen, incluyendo los de la policía y el ejército, son los menos interesados en proteger a sus adversarios políticos. Por el contrario. Desde Abril una estrategia sistemática que han usado y que ahora está dándoles muy buenos resultados ha sido INFILTRAR las marchas y las protestas con centenares de orejas y grupos violentos que se han dedicado, por un lado a fotografiar y grabar con celulares y cámaras ocultas todo lo que han podido y por otro a generar o agravar los brotes de violencia que terminaron en las quemas o autoquemas y destrucción de edificios públicos y en los abusos y delitos contra algunas personas que ahora levantan como andera para sostener su campaña de “contra información” y para armar todas las tramas acusatorias con sus testigos encapuchados y sus catálogos de pruebas prefabricadas que están usando contra los perseguidos y los presos políticos. Dos de los ejemplos más claros de estas operaciones, fueron la pseudoquema de Radio Ya y la quema del microbús de la policía en las inmediaciones de Galerías Santo Domingo, que por cierto, quedó registrada en un video de 100% Noticias el el que, aunque fugaz, se aprecia muy claramente a dos o tres supuestos miembros de la “Brigada de Rescate”, con sus chalecos verdes fosforescentes, señalándole a la policía por donde se habían corrido los manifestantes que huían despavoridos al percatarse de la llegada de los antimotines. Así que ya saben: si la policía no garantiza la cobertura y la protección de las marchas convocadas por la UNAB o los movimientos sociales, cualquier permiso que den es una trampa para seguir capturando y criminalizando gente, o en el peor de los casos, para que los sicarios motorizados de la Brigada Carlos Fonseca sigan matando impunemente ciudadanos desarmados de todas las edades. El orteguismo, no está dispuesto a perder las calles nuevamente y en ese afán, no dudarán en repetir todas las recetas cubanas y venzolanas que ya les dieron y, al parecer, les siguen dando resultados, porque al paso que van, cuanta más violencia generen sus infiltrados, mejor será para afianzar sus cabildeos y su discurso de víctimas pacíficas asediadas por “el golpismo” y de paso para seguir aterrorizando al pueblo y continuar descabezando todos los movimientos que se oponen o se opongan a esta nefasta pandilla gobernante.