El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue aumentando la «jarana» de Nicaragua con otros países. Este jueves, seis de junio, el sultán Abdulrahman Al-Marshad, director ejecutivo del Fondo Saudita para el Desarrollo, llegó al país para firmar un préstamo de 90 millones de dólares para construir y equipar el Hospital Departamental Carlos Centeno, en Las Minas, Siuna.
Bruno Gallardo, viceministro de Hacienda y Crédito Público, fue el encargado de recibir al árabe en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino. «Queremos darle la bienvenida oficial a esta patria que acoge a esta delegación que usted preside con gran beneplácito, esperando que los resultados de esta misión sean exitosos», dijo el funcionario de la dictadura sandinista.
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El funcionario orteguista aseguró que «las condiciones ya se han construido con la delegación que llegó anteayer para resolver los problemas técnicos y jurídicos. Ya estamos preparados para firmar nuestro acuerdo de cooperación con el Fondo Saudita de Desarrollo».
Por su lado, el sultán saudí indicó que la construcción del centro de atención médica, «es nuestra primera cooperación entre Arabia Saudí y Nicaragua, cuyo monto oscila en casi unos 90 millones de dólares». Al-Marshad expresó su agradecimiento al gobierno y dijo que espera que la visita «dé buenos frutos y dé paso a otros proyectos entre ambos países».

En su alocución vespertina, la vicedictadora Murillo también hizo hincapié en este nuevo préstamo, que ya se suma a la numerosa cantidad de deudas que Nicaragua mantiene con otros países, y afirmó que el acuerdo se está firmando «en tiempo récord».
«Este nuevo hospital brindará el mejor servicio posible a las familias del Triángulo Minero», destacó. De igual manera, la primera dama expresó su «reconocimiento por el apoyo al pueblo y gobierno de Arabia Saudita, al rey Salman, al príncipe Benjamín Salman, primer ministro y príncipe heredero de ese importante país».
Nicaragua, país altamente endeudado
Nicaragua está cerca de convertirse nuevamente en uno de los Países Pobres Muy Endeudados (PPME), ya que su deuda externa se acerca al 50% del Producto Interno Bruto (PIB). La macroeconomía del país ahora depende en gran medida de las remesas familiares enviadas por los migrantes nicaragüenses, mientras que su capacidad productiva sigue siendo una de las más bajas del continente americano.
El economista Néstor Avendaño señala que el endeudamiento externo de Nicaragua es de «muy alto riesgo» porque dicha deuda se acerca al 50% del PIB, el límite máximo de endeudamiento establecido por el Club de París como condición para condonar la altísima deuda del país en 2003.
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Ese año culminó la negociación para la condonación de la deuda de Nicaragua en el marco de la Iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC). Esta elevada deuda había sido heredada del primer gobierno sandinista de los años 80.
Desde el año pasado, la dictadura orteguista ha incrementado sus deudas con países aliados, siendo China el principal acreedor. En febrero, se aprobó un préstamo de 400 millones de dólares para la renovación del antiguo aeropuerto militar y, posteriormente, se realizó otro crédito de casi 70 millones de dólares para la construcción de una planta de energía solar fotovoltaica en Matagalpa.