Líderes nacionales e internacionales, así como miles de ciudadanos, asistieron este sábado, primero de junio, a la juramentación del segundo mandato del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Sin embargo, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo «se quedó atrás» y no envió un representante diplomático a la investidura de a quien ha llamado su «hermano».
En esta ocasión, los medios de comunicación oficialistas no divulgaron los comunicados de felicitaciones cordiales o buenos deseos que la dictadura acostumbra a enviar a los presidentes reelectos. Hasta el momento, se desconoce si la decisión de no asistir fue únicamente de la pareja dictatorial o si el mandatario salvadoreño no invitó al régimen de Nicaragua.
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Los presidentes centroamericanos que participaron en la toma de posesión fueron Rodrigo Chaves (Costa Rica), Xiomara Castro (Honduras) y el primer ministro de Belice, John Briceño, algunos de ellos acompañados de sus cónyuges u otros funcionarios.
Otras figuras políticas que llegaron fueron Javiel Milei, presidente de Argentina, Donald Trump Jr., en representación de Estados Unidos, Daniel Noboa, presidente de Ecuador, Vjosa Osmani, presidenta de Kosovo, Santiago Peña, presidente de Paraguay, y el Rey de España, Su Majestad Felipe VI.
Según la Casa Presidencial salvadoreña, esta ha sido la investidura presidencial que ha reunido «al mayor número de mandatarios y delegaciones que nuestro país ha tenido en su historia». A pesar de que mantienen relaciones diplomáticas estables, el Estado orteguista faltó al evento por razones que aún son desconocidas.
Entre Bukele y Ortega
El Salvador, el pasado cinco de febrero, la pareja dictatorial envió una carta al «hermano» Bukele para felicitarlo por su reelección, la cual fue posible tras cambios que el político salvadoreño realizó en la Constitución Política de su país. El mandatario «pulverizó» a la oposición y ganó las elecciones con el 85% de los votos a su favor.
«’Hermano’ presidente Bukele, hemos seguido con respeto, interés y aprecio de hermanos centroamericanos, el proceso electoral que se desarrolló en su patria este domingo cuatro de febrero, en el ambiente de paz y tranquilidad, que las familias salvadoreñas merecen», detalla la misiva, firmada por los dos gobernantes nicaragüenses.
Los Ortega-Murillo celebraron el triunfo de Bukele, de su partido Nuevas Ideas y los movimientos participantes en las elecciones generales, «invocando al Altísimo para que derrame bendiciones abundantes sobre ese querido pueblo, con el que hemos compartido tanto».
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La nota gubernamental agrega que «en espíritu de Unión Centroamericana, siempre citando a (Rubén) Darío, queremos reiterar nuestra vocación de paz y futuro, creando para nuestros pueblos las condiciones de trabajo, seguridad, justicia y vida, que merecemos».
De igual manera, en una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), los países miembros acordaron «terminar el mandato» del Grupo de Trabajo para Nicaragua y, en su lugar, conformar uno «voluntario». Aunque la mayoría de naciones mostraron una respuesta positiva respecto a esta decisión, El Salvador, Bolivia y San Vicente y las Granadinas pujaron por mantener una posición de «no injerencia» sobre la crisis sociopolítica que viven los nicaragüenses.