El Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), al servicio de Daniel Ortega y Rosario Murillo, abrió la «Escuela-Hotel Nicarao», ubicada en San Juan del Sur, departamento de Rivas. Este nuevo establecimiento se edificó sobre las propiedades del «Hotel Casablanca», el cual fue confiscado hace cuatro meses a la madre del exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y padrino de bodas de la pareja dictatorial, Rafael Solís.
Por medio de su página oficial de Facebook, el Inatec publicó múltiples fotografías donde se observa que pintaron algunos pilares y paredes del Hotel Casablanca de un color celeste vibrante, en un intento de «darle un nuevo aspecto» al recinto «robado».
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La institución gubernamental afirma que la nueva escuela, inaugurada la mañana de este viernes, 24 de mayo», está «dedicada a la formación de profesionales del sector turístico y hotelero» y espera atender «a más de 600 ‘protagonistas’ en dos instalaciones físicas, completamente equipadas con todas las herramientas para el desarrollo de una amplia oferta formativa».
En el acto de apertura participaron las autoridades municipales de San Juan del Sur y miembros del Inatec. El organismo indicó que «este centro fue totalmente rehabilitado para el desarrollo del 100% de la formación en ambientes didácticos y reales de un hotel».
Miles de ciudadanos se unieron a la convocatoria de la «Madre de todas las marchas» para exigir justicia por las víctimas mortales de la represión del régimen. Era el 30 de mayo de 2018, la crisis iniciada el 18 de abril ya contaba con decenas de asesinatos.
La población se inició a reunir en las cercanías de la Rotonda Jean Paul Genie para recorrer Carretera a Masaya en dirección a Metrocentro y culminar en la Universidad Centroamericana (UCA). La marcha, al paso por la Avenida Universitaria, fue atacada por paramilitares, policías y francotiradores que se ubicaron en el Estadio Nacional.
Los muertos por esos ataques en Managua y en los departamentos del país, contra la población desarmada, sumaron 19 y unas 300 personas resultaron heridas por la artillería pesada que usó la dictadura contra el pueblo.
Para honrar la memoria de los asesinados por la dictadura orteguista, la Asociación Madres de Abril (AMA) ha convocado a una misa en memoria de los asesinados ese fatídico día en la historia del país centroamericano.
La misa se realizará el próximo jueves, 30 de mayo, en la Iglesia de la Asunción, 4207 Shamrock Drive, Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos a las 7:00 de la noche.
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«En el marco de la conmemoración del 30 de mayo, invitamos a la comunidad nicaragüense en Carolina del Norte, Estados Unidos, a acompañarnos en esta misa en memoria de nuestros familiares víctimas mortales de la represión estatal de 2018 en Nicaragua.», escribió AMA en sus redes sociales.
La organización Religiosos y Religiosas Nicaragüenses en la Clandestinidad (RENEC) difundió un comunicado para «rechazar» el silencio que guarda la Iglesia católica ante los crímenes y ataques perpetrados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Los católicos afirmaron que, como Vida Consagrada, les «preocupan los silencios y más aún cuando pretenden silenciar las voces de sacerdotes, obispos y religiosos que, desde su coherencia evangélica, han acompañado a sus comunidades».
La agrupación indicó que la orden de silencio «viene desde la Santa Sede». «No sería la primera vez que el Vaticano se ha equivocado en negociar con y ceder a opresores a costo de las víctimas. En ese sentido, llamamos a una profunda reflexión pastoral sobre el daño que estamos haciendo al pretender callar los gritos de auxilio de un pueblo crucificado», agrega el comunicado.
Los religiosos señalaron que «frente a la corrupción y violencia, el silencio nunca es evangélico; casi siempre huele de cómplice. Contrario al ejemplo de Jesús, parece que el Vaticano y la jerarquía nicaragüense prefieren ‘seguridad institucional’ al trabajo del evangelio. Es duro decir eso, pero los hechos indican».
RENEC señaló que después de pasar los últimos años con «comunidades de resistencia», en distintas partes de Nicaragua, «compartimos la tristeza y el rechazo del pueblo nicaragüense a negociaciones ‘bajo la mesa’ (de espaldas a las víctimas) y la resultante política de silencio frente a un gobierno cruel y criminal».
«Es urgente poner fin a todo abuso de autoridad y maltrato de parte de la misma Policía frente a ciudadanos que reclaman sus derechos pacíficamente, e igualmente velar porque se respeten todos los derechos humanos de todas las personas», exigieron los religiosos clandestinos.