La investigadora e historiadora Dora María Téllez criticó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por la reforma y derogación de la Ley 800 y 840, respectivamente, que están relacionadas al Gran Canal Interoceánico, el proyecto fallido del gobierno sandinista.
Por medio de su canal de YouTube, la exguerrillera sandinista publicó un vídeo donde afirmó que «vender fantasías es el deporte predilecto de los Ortega-Murillo». Téllez denunció que «durante más de 15 años», la pareja dictatorial «ha tratado de estafar al pueblo nicaragüense, prometiendo fantasías».
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La expresa política indicó que entre las falsas promesas del orteguismo figuran «la refinería del sueño Bolívar, la gran carretera entre Managua y Puerto Cabezas, que iba a construir el ejército venezolano, la carretera costanera que ni siquiera han podido adoquinar. Y así cantidades de promesas hasta que llegaron a la del Canal, que firmaron con el estafador Wang Jing, que no era nada más que un testaferro de los Ortega-Murillo».
Después de casi 11 años de haber promulgado la Ley 800, Ley del Régimen Jurídico y de Creación de La Autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, y otorgado una «enorme concesión» a la empresa HKND, perteneciente al empresario chino, Téllez afirmó que «todo el proyecto quedó en un fiasco» y que «los nicaragüenses ya sabíamos que era una mentira».
La historiadora destacó que la idea del Canal fue «una manera de robarse los recursos de Nicaragua, de robar las tierras a los pueblos indígenas».

Cambios legales esconden «otras cosas»
Sin embargo, después de la derogación de la Ley 840 y la reforma de la Ley 800, realizada el pasado miércoles, ocho de abril; Téllez consideró que el régimen orteguista «esconde otras cosas» detrás de su urgente decisión.
«Ellos derogan la Ley 840 porque hay una amenaza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de sacar una sentencia condenatoria, pero dejan viva la Ley 800 y la modifican para que les permita otorgar concesiones ‘a manos llenas’ a nuevos testaferros, que aparecen como inversionistas chinos», aseguró la activista.
La excarcelada política puntualizó que la pareja gobernante «ya lleva tres grandes concesiones mineras» y que hay «una gran cantidad de negocios, comercios, importadores y vendedores chinos, mayoristas y minoristas, que están desplegándose en los departamentos del país, compitiendo en condiciones de desigualdad con los nicaragüenses».
Téllez resaltó que las empresas y negociantes chinos «no dan impuestos» al Estado orteguista, ya que su método de pago «son grandes comisiones a la familia Ortega-Murillo porque (los que) están detrás son sus testaferros o enormes comisiones para darles concesiones en días a empresas recién formadas».
La investigadora advirtió que Nicaragua «sigue siendo convertida y está amenazando de ser peor la condición. El país en lugar de ser una República es una res pública que los Ortega-Murillo destazan a su antojo y a su gusto, para obtener y concentrar riqueza».
La exmilitante sandinista agregó que solo la pareja dictatorial puede tener el control del país, «porque todo el que quiere competir con la corrupción de la familia Ortega es purgado porque el nuevo modelo de poder necesita nuevas personas leales, ya no los antiguos».
«Esa consolidación del poder dinástico que ellos pretenden requiere que ‘le pasen la factura’ a todos los que no son estrictamente leales al nuevo eje de poder que se ha configurado en la familia Ortega-Murillo», precisó la activista.
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Téllez reiteró que «detrás de esa reforma a la Ley de 800 se reparten más concesiones y ventajas a empresas chinas, o supuestamente china, detrás de los cuales sin duda va a estar la familia Ortega Murillo».
La historiadora sostuvo que «lo que estamos viendo es un poder en descomposición, un poder que recurre a más y más mecanismos represivos porque tiene miedo, porque es débil, porque no cuenta con la voluntad del pueblo nicaragüense».