Los resultados de las pasadas votaciones regionales de la Costa Caribe de Nicaragua, en las que el partido de la dictadura, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), se adjudicó el 100% de los cargos a elegir, demuestran una vez más que en Nicaragua, los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo consolidan un sistema de «partido único encubierto», algo que resulta grave y preocupante para la democracia en América Latina, afirma experta del organismo internacional WOLA.
Durante la presentación del informe final sobre las elecciones regionales de Nicaragua, que abarcan las regiones autónomas de la Costa Caribe Norte (RACCN) y Costa Caribe Sur (RACCS), la organización de observación ciudadana Urnas Abiertas (UA), denunció que las recién pasadas votaciones caribeñas son las de mayor abstención, con más anomalías y que más han beneficiado al FSLN en la historia de los procesos electorales regionales.
UA movilizó (de manera encubierta para evitar la represión) a 200 observadores, mediante los cuales logró constatar que la abstención alcanzó el 86,72%, es decir que, a pesar de la coacción y carácter de obligatoriedad con que el régimen intentó movilizar a los votantes, la participación en las elecciones regionales apenas alcanzó el 13% de la población que estaría apta para votar.
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El régimen Ortega-Murillo impidió el voto opositor mediante dos estrategias que le han dado resultado hasta ahora: eliminó a los partidos opositores auténticos, encarceló a líderes que no podía supeditar, como es el caso de Brooking Rivera y Nancy Enriquez, principales dirigentes del partido idígena Yatama, y además desestimuló el voto contrario mediante el miedo, mientras que estimuló el voto favorable mediante dádivas y utilizando recursos del Estado.
Durante el proceso electoral regional, según el informe de UA, se registraron al menos 949 anomalías, entre las que se cuenta: la convocatoria tardía al proceso, tiempo muy corto para prepararla y para campaña electoral. No hubo observación electoral independiente ni de ningún tipo. Se violó el derecho al voto secreto.
Partido sandinista recibirá más de U$8 millones de «reembolso»
La organización de observación ciudadana constató que ningún partido regional obtuvo una casilla del Concejo, pues las organizaciones políticas regionales participaron en alianza con el partido de la dictadura y se desarrollaron en medio de violencia, sobre todo con la presencia de paramilitares en las áreas de los centros de votación, principalmente en Bluefields.
Al final del proceso, el único beneficiado fue el partido controlado por los dictadores Ortega y Murillo, pues en primer lugar se adjudicó el 100 por ciento de los escaños de concejales en los dos gobiernos regionales y también la mayor cantidad de dinero destinado como «reembolso electoral».
Lo cálculos de UA adelantan que, pese a que no hubo campaña en la que se gastara dinero y además el FSLN utilizó los recursos del Estado para los pocos días de propaganda electoral, el partido de los Ortega-Murillo recibirá como «reembolso electoral» más de 8 millones de dólares, mientras que los otros partidos que le hicieron el juego a la dictadura recibirán entre todos poco más de un millón de dólares.
Partido único, peligroso para democracia
Carolina Jimenéz, experta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), una organización dedicada a la promoción y consolidación de los derechos humanos y la democracia en la región, destacó que, una de las evidencias más importantes que ha dejado el proceso electoral de la Costa Caribe de Nicaragua es la peligrosa consolidación en el país de un sistema de partido único que resulta grave para la democracia en toda la región.
Jiménez destacó que los procesos electorales, no solo son parte de las principales manifestaciones o elementos del sistema democrático sino que, cómo se realizan esas elecciones «hablan de la salud o no de la democracia en un país».
En ese sentido, la experta de WOLA advirtió que las elecciones de la Costa Caribe de Nicaragua tienen implicaciones para América Latina porque «por el tipo de arbitrariedades e irregularidades que ustedes (UA) han documentado en el informe, este trabajo de investigación, permite seguir visibilizando las distintas expresiones del autoritarismo instalado en Nicaragua».
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Jiménez recordó que, en una región en donde hay severos retrocesos democráticos, otros países pueden olvidarlo y en ese sentido recomendó ver el caso de nicaragüense. Mencionó que no se puede olvidar lo que sucede en Nicaragua, por ello es importante «visibilizar las arbitrariedades, visibilizar las violaciones de derechos humanos y visibilizar la cooptación de las instituciones fundamentales de la democracia», advirtió.
«Nicaragua tiene una pareja presidencial represiva y autoritaria. No nos podemos olvidar de los países, todo lo contrario, tenemos que seguir visibilizando las arbitrariedades que ocurren en ellos», agregó.
La experta advierte que uno de los peligros que enfrenta Nicaragua, en medio del autoritarismo de Ortega y Murillo es la «consolidación de un sistema de partido único encubierto, lo cual es gravísimo».
Concluyó que, sin pluralidad y alternativas políticas, una democracia no puede existir, aunque haya partidos nominales o partidos aliados al partido de gobierno, o partidos escogidos por el gobierno, no habría democracia.