El expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, actualmente prófugo de la justicia de su país y nacionalizado nicaragüense por el dictador Daniel Ortega para protegerlo de la cárcel, anunció desde Nicaragua su deseo de volver a la política salvadoreña y ser nuevamente presidente porque quiere «culminar algunas transformaciones que quedaron incompletas» durante su presidencia (2009–2014).
Según un vídeo de una entrevista virtual concedida por Funes a un medio de comunicación de su país y divulgada en redes sociales por la plataforma informativa Romeo Lemus-News, el político salvadoreño afirmó que de ser sobreseído por la justicia de los cargos penales que enfrenta, estaría dispuesto a volver a participar en política y hasta «acepta una candidatura» que le ofrezcan.
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«Si para el 2029 (año de elecciones en El Salvador) yo fuera sobreseído ya de los cargos penales que enfrento, y por lo tanto me puedo dedicar a la vida política partidista, entonces yo sí, estaría abierto a tener una participación, independientemente de la candidatura que se me ofreciera», declaró Funes.
El político acusado por actos de corrupción en El Salvador, no especificó a qué tipo de candidatura se refirió pero sí dijo que «independientemente de eso, yo sí estaría en la posibilidad de aceptarla (una candidatura)», sin embargo, reconoció que «lo ve muy difícil, así como están las cosas».
Funes fue acusado de malversar millones de dólares durante su Gobierno, también fue procesado y condenado a 14 años de cárcel por negociar con las pandillas salvadoreñas. Además tiene una condena de seis años de cárcel por evasión fiscal. Está acusado por aceptar millonarias coimas de empresas extranjeras para adjudicar proyectos, lo que es tipificado como «delitos especiales de corrupción».
Ante las acusaciones el político huyó hacia Nicaragua donde su amigo y homólogo político, el dictador Daniel Ortega, le dio asilo primero, y en 2019, para tratar de ponerlo a salvo de la cárcel, le concedió la nacionalidad nicaragüense. No obstante, la justicia salvadoreña continúa reclamándolo por ser un condenado por delitos comunes y no un perseguido político.
Bielorrusia firmó un acuerdo con Nicaragua para suministrarle maquinaria de construcción y agrícola, así como equipos para el Ejército, por un monto de 100 millones de dólares, informó el gobierno nicaragüense.
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«Hemos alcanzado importantes consensos y acuerdos para el suministro de más de 700 equipos […], entre éstos, maquinarias de construcción, maquinaria de mantenimiento vial, maquinaria de limpieza municipal», dijo el asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, Laureano Ortega Murillo.
«Se ha firmado un importante acuerdo también de suministros y equipos para el Ejército de Nicaragua», agregó el hijo del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, sin precisar el tipo de material militar.
Desde la década de 1980, Nicaragua se abastece de material militar principalmente de Rusia, país aliado de Bielorrusia.
La demanda que ha antepuesto esta semana la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra Alemania, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por supuesto apoyo al genocidio en Palestina, es una acción «revestida de hipocresía y doble moral» y, además de carecer de fundamentos, constituye un acto de servilismo hacia el dictador de Rusia, Vladimir Putin, sostiene la Fundación para la Libertad de Nicaragua.
En un comunicado de la Fundación Libertad, firmado por su presidente, Félix Maradiaga, divulgado este miércoles, la organización denuncia que la demanda que interpuso el régimen de Managua en contra el Estado alemán, no sólo es una «excentricidad» de la política exterior de la dictadura nicaragüense, sino también «una acción íntimamente vinculada a los planes de Putin».
Esta semana, el régimen Ortega-Murillo interpuso una denuncia contra Alemania ante la CIJ acusando al país europeo de facilitar el genocidio en la Franja de Gaza, por suministrar armas a Israel para la guerra que el Estado judío libra contra el grupo terrorista Hamás.
Según la dictadura de Managua, Alemania está violando la Convención de Genocidio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 1948. Por su parte, Alemania ha rechazado la acusación, y sostiene que, el apoyo que le ha brindado a Israel, se ha realizado en el marco del derecho internacional.