El sacerdote nicaragüense Edwing Román, crítico de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, compartió un mensaje en sus redes sociales para advertir a los nicaragüenses que «junto a la Buena Nueva, está la satánica mala nueva, que, con dinero y poder, quiere hacer la guerra al Evangelio».
En su cuenta personal de X, el sacerdote compartió su reflexión en base a un fragmento del libro de San Mateo, capítulo 28, versículo 8, correspondiente a este lunes, primero de abril. El Evangelio narra el momento en que María Magdalena y la otra María presenciaron el terremoto y la aparición del ángel que les anunció la resurrección de Jesús.
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En su camino para dar la noticia a los discípulos, Jesús se les apareció y las saludó. Ellas se acercaron, lo abrazaron y lo adoraron. Entonces, el Maestro les dijo: «No teman ir y dar las buenas nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán». Las mujeres, llenas de emoción y asombro, corrieron para contarles a los demás lo que habían visto y escuchado.
Sin embargo, el párroco exiliado enfatizó en los versículos del 11 al 15 del mismo pasaje bíblico. Este episodio indica que, mientras María Magdalena y la otra María avisan sobre la resurrección del Mesías, los soldados asignados para custodiar el sepulcro de Jesús también se dirigen a la ciudad para contarle a los sumos sacerdotes sobre lo sucedido.
Los líderes religiosos, preocupados por la situación, deciden sobornar a los soldados para que difundan una mentira: «mientras ellos dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo del sepulcro».
A cambio, los principales sacerdotes les ofrecen un pago y protección en caso de que el gobernador se entere del incidente. Los soldados aceptan el soborno y empiezan a divulgar la noticia falsa. Por ello, Román reiteró que «junto a la Buena Nueva, está la satánica mala nueva, que, con dinero y el poder, quiere hacer la guerra al Evangelio».
De igual manera, el obispo de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez, compartió las palabras del sacerdote y reiteró que «nos acompaña la alegría de saber que Jesús vive y está con nosotros cada día; pero también el natural temor a la novedad de los caminos que tenemos que recorrer. Así es la fe pascual».
Represión a la Iglesia católica
Desde el inicio de la crisis sociopolítica que arrastra el país, el régimen orteguista ha desterrado, expulsado, e impedido el ingreso de 170 religiosos y 76 monjas de la Iglesia católica en territorio nicaragüense. Por medio de persecución, acusaciones y encarcelamiento, la dictadura sandinista arremetió contra el clero religioso debido a su apoyo a los protestantes de aquel abril de 2018.
Unos 50 religiosos, entre ellos dos obispos, seminaristas y sacerdotes; han sido desterrados por la dictadura de los Ortega-Murillo. El régimen los ha enviado a Estados Unidos y El Vaticano. A la mitad les ha arrebatado la nacionalidad y ordenó la confiscación de sus bienes.
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A pesar de este panorama negativo para la Iglesia católica y sus feligreses, en este Domingo de Resurrección, el sacerdote Edwing Román motivó a los nicaragüenses y afirmó que «el Cuerpo del Resucitado enseña con su esplendor que la muerte no es la palabra definitiva y que todos los que pretenden dominarnos, y esclavizarnos produciendo represión, tortura, encarcelamientos, temor o muerte, no serán para siempre los dueños y señores de la tierra».
Desde que fue obligado a exiliarse en agosto de 2021, el padre Román ha demandado el cese de la represión contra la Iglesia católica, convirtiéndose en una de las voces religiosas más críticas contra el gobierno sandinista con sus opiniones expresadas tanto en sus redes sociales como desde el púlpito de una parroquia.