Los médicos nicaragüenses que quieran ser especialistas, y no pueden financiar sus estudios de especialización, están siendo obligados por el Ministerio de Salud (Minsa), a firmar un contrato denominado «Beca Estipendio», en el que deben aceptar trabajar para esa institución por 10 años, en cualquier parte del país a donde sean enviados después de finalizar sus estudios o de lo contrario, tendrán que pagar al Estado más de dos millones de córdobas, según se lee en una comunicación enviada a los galenos y que fue suministrada a Artículo 66.
En el contrato, en poder de este medio de comunicación, en la cláusula número 8 se establece que «una vez que el becario (a) egresa de la especialidad médica quirúrgica por la que el MINSA le asignó la beca estipendio, deberá prestar sus servicios al Ministerio de Salud por 10 años, en el lugar del territorio nacional que la población necesite sus servicios de salud y el MINSA lo ubique laboralmente».
En la Cláusula 9, el mismo contrato establece que «En caso de haber concluido sus estudios de la especialidades médicas quirúrgicas y el Ministerio de Salud lo ubica en un establecimiento de salud donde lo necesite y el becario (a) se negara, abandone o renuncie, está obligado a reembolsar al Ministerio de Salud el monto financiado de la beca estudio, según corresponda a la especialidad, que en el presente caso será de: dos millones doscientos cincuenta y nueve mil novecientos cincuenta y nueve córdobas con 63/100 (C$2,259,959.63), equivalentes a 61 mil dólares americanos, conforme al tipo de cambio oficial establecido por el Banco Central de Nicaragua (BCN) en el periodo de su formación».
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Y en la cláusula número 10 se impone que el pago de la beca será obligada en caso de que el beneficiario abandone sus estudios sin justificación, por incumplir cualquiera de las cláusulas del contrato o las reglas disciplinarias de las universidades UNAN Managua o León y por renuncia inmediata en el establecimiento donde cursa la especialidad.
Un médico especialista contactado por Artículo 66, que aceptó hablar para esta nota a condición de mantener en reserva su identidad por razones de seguridad, indicó que esas obligaciones de trabajar por 10 años al MINSA o reembolsar esa millonaria suma de dinero son nuevas, pues antes no existían.
El especialista afirmó que hasta hace unos años, los médicos generales que optaron por una especialidad financiada por el MINSA, firmaban un contrato por tres años, nada más, y no se les obligaba a pagar ningún monto.
Por su parte, otro médico especialista que igual, aceptó hablar a condición de anonimato, advirtió que las cláusulas de ese contrato incluso podrían ser utilizadas con fines discriminatorios por razones políticas.
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«Imaginate que un médico residente (estudiante de especialidad) de pronto decida que no quiere participar en actividades políticas sandinistas que celebren las universidades UNAN de Managua o de León, te acusan de incumplir el reglamento de esas universidades y ya, aunque te falte poco tiempo para concluir tu especialidad, te quitan la beca y te obligan además a pagar, de lo contrario te quitan el titulo, te impiden ejercer. Ese contrato es peligroso», advirtió el médico.
La llamada beca estipendio contempla el pago del salario del médico general que se convierte en residente, durante el tiempo que dure sus estudios de especialización y tienen la ventaja de que, durante ese periodo, no son sujetos a pagar el IR por convertirse en estudiantes.
Para el 2023, el Minsa designó 200 cupos para estudios de especialidades en todos los departamentos del país, de los cuales 200 fueron en calidad de becas, según consta en el documento Metodología de Ingreso a las Especialidades Médico-Quirúrgicas del año pasado. La edad máxima para ingresar a las especialidades médico quirúrgicas que duran cuatro años, es de 30 y de 35 para otras especialidades.
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Recientemente, un estudiante de la UNAN-Managua denunció, bajo condición de anonimato, que, como si fuera una academia de formación política-partidaria, esa universidad estatal está obligando a los estudiantes, sobre todo a los becados, a que vayan a «aplaudir» a las actividades políticas del partido de Gobierno, bajo estricto control y supervisión de la Juventud Sandinista (JS) y la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN). Quien no vaya, perderá su beca.
Las autoridades universitarias mandaron a imprimir una tarjeta de control de asistencia obligatoria a actividades que organice la universidad, que en realidad son actividades políticas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Tarjeta de control de formación del becado» se titula el documento del que hablan los estudiantes. Y en ella hay una advertencia tajante: «Esta tarjeta debe ser presentada como requisito para la renovación de la beca interna especial».