Como si fuera una academia de formación política-partidaria, la estatal Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) está obligando a los estudiantes, sobre todo a los becados, a que vayan a «aplaudir» a las actividades políticas del partido de Gobierno, bajo estricto control y supervisión de la Juventud Sandinista (JS) y la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN). Quien no vaya, perderá su beca.
Dos estudiantes, con becas, de la Unan-Managua, que hablaron con Artículo 66 pidiendo no revelar su identidad por razones de seguridad, afirmaron que las autoridades universitarias hasta mandaron a imprimir una tarjeta de control de asistencia obligatoria a actividades que organice la universidad, que en realidad son actividades políticas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Tarjeta de control de formación del becado» se titula el documento del que hablan los estudiantes. Y en ella hay una advertencia tajante: «Esta tarjeta debe ser presentada como requisito para la renovación de la beca interna especial».
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«Para muchos de nosotros, por no decir para la mayoría, resulta humillante que te condicionen hasta los cupones de la comida en el comedor de la universidad, con la asistencia a aplaudir los supuestos logros del Gobierno, y no podemos negarnos porque toda actividad que convoca la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) está siendo controlada en esa tarjeta, y si no tenés marcada la asistencia, podes perder la beca», denunció el «estudiante 1», que cursa el cuarto año en una de las carreras que ofrece ese recinto.
Por su parte, el «estudiante 2», que lleva dos años en esa universidad apunta que los de la UNEN no actúan como representantes de los estudiantes sino como vigilantes del gobierno.
«Ahora con esa tarjeta de control, son los de la UNEN y de la JS los que van a controlar a los estudiantes, si llegan o no a las actividades políticas. Van a marcar cada una de las asistencias y ya nos dijeron que es obligatorio, no podemos faltar», refirió el universitario.
«La autonomía universitaria ya es historia. Aquí se hace lo que dicen los gobernantes. Los jóvenes que aspiramos a un mejor futuro queremos ser buenos profesionales, aprender, no que nos estén adoctrinando. No es posible que nos condiciones una beca, que sale de los impuestos del pueblo, con asistir a actos donde se alaba a los gobernantes», agregó el estudiante becado.
Tienen miedo a que se organicen estudiantes opositores
El estudiante 1 señala que el control político en la Universidad es cada vez «más cerrado» porque las autoridades tienen cierto temor a que estudiantes descontentos con las políticas de la institución se organicen.
«Mirá, todo ese control, es como una forma de amenazarte y decirte que ellos son los que mandan. En esa tarjeta que nos dieron debemos marcar asistencia a por lo menos 30 actividades políticas. No a todos los estudiantes nos gusta ir a aplaudir en esos actos. Hay algunos estudiantes que sí van con gusto, que les encanta aplaudir al Gobierno, pero a muchos no nos gusta para nada, yo vine a estudiar para ser profesional no para andar alabando a Daniel Ortega o a la Chayo (Rosario Murillo)», sentenció el universitario.
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El Estado de Nicaragua, de acuerdo con un precepto constitucional, destina el 6% del Presupuesto General de la República para las universidades del país. Esos fondos deben ser invertidos en el mejoramiento de la calidad de la educación superior y en becas para los estudiantes, sin embargo, el régimen de Daniel Ortega se ha adueñado de ese logro universitario y lo ha capitalizado, al punto que ahora los estudiantes que deseen solicitar una beca para estudiar en cualquier universidad estatal del país, deben escribir una carta dirigida al dictador pidiéndole que le otorgue una beca.
Universitarios abanderados en las protestas de 2018
Los dos estudiantes que hablaron con Artículo 66 coinciden en que el régimen Ortega-Murillo teme que en las universidades se vayan a organizar grupos opositores y por ello han arreciado los controles y el activismo político.
Los estudiantes universitarios fueron los abanderados en las protestas sociales que estallaron en el 2018. La UNAN-Managua fue un bastión, donde se atrincheraron los universitarios en resistencia cuando empezó la ola represiva que desmontó las protestas a sangre y fuego por ordenes de los dictadores Ortega y Murillo.
La UNAN es la universidad más grande del país y ahí la UNEN tiene mayor presencia, e incidencia directa en la vida académica, administrativa y política. Tanto así que esa organización estudiantil es considerada un brazo de choque del FSLN.