Desde el exilio, el sacerdote nicaragüense Edwing Román se dirigió a los gobiernos «torturadores» para recordarles la importancia del quinto mandamiento de la Ley de Dios: «No matarás», porque «el que comienza a torturar, no sabe a dónde va a terminar».
En la homilía del domingo, tres de marzo, el párroco reflexionó sobre el evangelio del libro de San Juan, capítulo 2, versículo 13 al 25. El pasaje bíblico relata que Jesús llegó al templo durante la Pascua y encontró a vendedores que estaban comerciando dentro de sus recintos sagrados.
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Indignado por esta profanación del lugar de adoración, Jesús hace un látigo de cuerdas y expulsa a los vendedores, vuelca las mesas de los cambistas y les dice que «no conviertan la casa de su Padre en un mercado». Los judíos le preguntan los motivos por los que realizó tales acciones y Jesús les responde: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré», en referencia a su futura muerte y resurrección.
El párroco Román consideró que «Jesús reacciona de esta manera para instaurar el orden que se había perdido y defender la casa de su Padre, como él mismo lo llama, sin importar que le critiquen o que eso sea motivo para ser amenazado y perseguido».
De igual manera, el religioso nicaragüense, enfatizó en que la idolatría «es uno de los pecados más graves» debido a que «Dios es un Dios celoso». «La idolatría se encuentra en el poder para someter a otros seres humanos, en adorar a hombres y mujeres de este mundo del sistema político nefasto, que no solo matan el cuerpo, templo vivo de Dios, sino también que mata el alma a sus ofuscados seguidores, volviéndose cuerpos y almas adoradores de lo que Dios prohíbe adorar», expresó Román.
«Sin embargo, hay quienes viven idolatrándose a sí mismos y promueven el culto a su personalidad, utilizando el dinero que le pertenece al pueblo, por solo el capricho de mandar. Hablan de Dios en sus discursos, pero no cumplen con la ley de Dios», criticó el sacerdote.
Durante la misa celebrada en la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, el presbítero aclaró que «esto incluye a los torturadores, que también son asesinos y homicidas, y no respetan lo sagrado y los templos vivos. Nadie puede poner la mano sobre otro ser humano porque somos imagen de Dios», advirtió Román.
Un mensaje para las «ovejas perdidas»
El religioso nicaragüense, exiliado en territorio norteamericano debido a la persecución religiosa desatada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, también aconsejó a que los «seguidores de los torturadores» resistan cuando «te están lavando el cerebro o te están preparando para asesinar. No matarás, aunque te den la orden o tengas un arma para reprimir. Piénsalo antes y no te condenes», declaró.
«Los que instigan a matar son hábiles vendedores y mercaderes. Te venden la idea de ganar dinero fácil, te compran la conciencia, destruyen tu fe y tus buenas costumbres. Al servirles, se termina ‘sucio’ interiormente, sin dignidad y vacíos de Dios. No se dejen engañar por esos mercaderes que se anuncian con grandes rótulos en las vías públicas», advirtió Román.
El presbítero insistió en que ese tipo de personas «endulzan el oído a mentes débiles para que se conviertan en sus adoradores y así creerse dioses». Román agregó que «ellos quieren que también reemplaces a Dios de tu vida, de tu familia y de la sociedad. Te ofrecen lo que necesitas, pero después de haberte utilizado te tiran a la calle, te expulsan o te meten preso».
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Fuerte crítica al gobierno
Román también aprovechó la oportunidad para expresar su «preocupación por el sufrimiento y la degradación de los pueblos, que ya están tocando fondo en nuestra vida social». «Nos preguntamos: ¿Por qué tanta miseria? ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué tantos crímenes? Es por la putrefacción de los regímenes totalitarios, es porque se han convertido en dioses y por el abuso del poder», manifestó el religioso.
Román añadió que esa situación es una «vergüenza», debido a que «los gobernantes, que deberían dar el ejemplo en sus puestos, ya no hacen nada por el bien común. No respetan la ley de Dios y entonces tenemos naciones corruptas».
Del mismo modo, el religioso nicaragüense recordó las palabras de monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, publicadas en su cuenta oficial de X el pasado 11 de febrero. «Él decía que Jesús desafía la ley tocando leprosos. La dignidad humana está por encima de cualquier ley y para una mejor sociedad se debe poner al ser humano primero, aunque eso implique saltar normas o leyes que no son para impartir justicia y también enfrentar a quienes las ponen en práctica para someter a los pueblos», comentó.
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Román afirmó que «las leyes que no provienen de Dios, provienen de corazones y sistemas egoístas, que han erigido como ídolos el dinero, el poder, la soberbia y las armas. Hay que destronar a esos ídolos, que no son el verdadero Dios. Cuaresma es un tiempo para revisar si, en tu vida, tus criterios los aprecias más que a Dios».
Desde su exilio forzado, que comenzó en agosto de 2021, el padre Román ha demandado el cese de la represión contra la Iglesia católica, convirtiéndose en una de las voces religiosas más críticas del gobierno sandinista, expresándose tanto en sus redes sociales como en el púlpito de una parroquia.