La oposición nicaragüense sufrió otra significativa pérdida de una destacada figura de la lucha cívica contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La noche del miércoles 21 de enero, a la edad de 84 años, falleció Miriam del Socorro Matus Alemán, conocida como «Doña Coquito, la abuela vandálica», tras sufrir un infarto mientras estaba internada en el hospital Vélez Paiz, en Managua. Su hijo, Roberto Vargas Alemán, confirmó el deceso y solicita apoyo económico para cubrir los gastos del sepelio de su madre.
«A ella le estaban dando problemas del corazón, la diabetes, la presión. Recayó dos veces más producto de los infartos que le dieron. Ella no quería que la llevaran al hospital, quería morir aquí en su casa», relató Vargas Alemán al diario La Prensa.
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El hijo de «Doña Coquito» confirmó que la anciana falleció a las 3:00 de la madrugada y que las últimas palabras antes de partir fueron: «Te quiero mucho».
«Necesito ayuda, ahorita no tengo nada. Estamos esperando que su cuerpo venga, ya la van a traer», mencionó Vargas Alemán al medio de comunicación independiente.
La vela se realizará en su casa, situada en Las Piedrecitas, Managua. Las honras fúnebres se realizarán entre las 10:00 de la mañana y las 12:00 del mediodía.
Las personas interesadas en brindar ayuda monetaria pueden ponerse en contacto con los familiares de “Doña Coquito escribiendo o llamando al número telefónico (505) 7822 5391. De igual manera, las donaciones pueden ser enviadas a la cuenta Lafise en dólares 117289951, a nombre de Miriam del Socorro Alemán Matus.
La «abuelita» que regaló agua a los manifestantes
El primer intento del Diálogo Nacional fue llevado a cabo dentro del Seminario Nuestra Señora de Fátima, el 18 de mayo del 2018. En esa ocasión, la oposición intentó llegar a un acuerdo con los representantes de la dictadura de Nicaragua. Mientras ocurrían las negociaciones, en las afueras del recinto había un enorme grupo de protestantes que demandaban la libertad de los presos políticos, justicia para los que perdieron la vida y, sobre todo, la salida de la familia Ortega-Murillo de la presidencia del país.
Ese día, una señora de la tercera edad decidió, a pesar de ser su venta, regalar a los manifestantes las bolsas de agua helada que tenía. Desde ese gesto, los miembros de la oposición compartieron la imagen de la «abuela vandálica», que se convertiría en una de las figuras más reconocidas de las protestas sociales de aquel año.
En las siguientes manifestaciones, doña Coquito comenzó a participar en la denuncia en contra de la dictadura sandinista. Sin embargo, de manera similar a otras figuras de la oposición, sufrió de persecución política y encarcelamiento por parte de los agentes represivos del régimen.
A raíz del acoso que recibió por parte de la Policía orteguista, la «abuela vandálica» se vio obligada a exiliarse a Costa Rica por un tiempo. Sin embargo, la nicaragüense regresó a su patria a pesar del acoso y los ataques del régimen.
Desde el 2020, la opositora comenzó a presentar distintos problemas de salud, los cuales fueron ocasionados por condiciones como la diabetes o la hipertensión. En busca de apoyo para su madre, Roberto Vargas compartió en los medios independientes los contactos para apoyar en la medicación de su mamá, así como para poder costear un médico privado.