Durante el invierno pasado, los hijos de doña Ana no asistieron una semana a la escuela para evitar una «tragedia». El camino rural que lleva al colegio «María Eugenia de Jesús», en la comarca Lechecuagos, ubicada al este de León, se volvió intransitable.
Cuando pasaba un temporal y el sol secaba el camino, los comunitarios debían lidiar con tramos fangosos. Pese a las quejas de los habitantes de las casas aledañas y que la ruta es recorrida por unos 330 escolares, el camino sigue igual de mal.
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El colegio fue fundado por las Religiosas de la Asunción, y que también contó con el apoyo de la organización jesuita «Fe y Alegría», y funciona desde hace 40 años. Sus 16 maestros también enfrentan su propia «odisea» para recorrer, desde la zona urbana, más de 7 kilómetros y llegar al centro educativo.
«El camino viejo y el que va a la escuela son la evidencia que aquí no hay progreso y que vivimos olvidados», se queja Andrés, otro padre de familia que se ve afectado por el mismo problema. «Este es un camino importante para la comunidad», manifestó.
Sufren en cualquier estación
Doña Ana explica que, aunque el tiempo de mayor sufrimiento es invierno, en verano tampoco tienen paz. «Los niños se enfrentan a las tolvaneras. Ahora mismo hay muchos niños con males respiratorios. Es una tragedia, aquí aguantás tierra en el verano y las correntadas y los pegaderos en invierno», denunció.
Los comunitarios lamentan que las torrenciales lluvias del invierno pasado dejaron los caminos rurales destruidos, lo que deterioró la infraestructura de interconexión entre las comarcas y las áreas agrícolas del municipio de León. Recordaron que los malos camino también retrasan el acceso a los servicios de salud, educación, justicia, y desarrollo para mejorar su calidad de vida.
«Aquí no vemos a las autoridades locales que siempre nos visitan solo en tiempo electoral. No vienen a cumplir las promesas que hicieron antes del voto, ni a solucionar los problemas que tenemos. Entonces, ¿qué tipo de autoridades son?», cuestionó un comunitario.
Las comunidades rurales Salinas Grandes, Carlos Canales, Trohilo, Chacaraseca y Lechecuagos son apenas el reflejo de la pobreza extrema de un pueblo que dice sentirse «utilizado y engañado» porque en tiempos de votaciones les ofrecen de todo. «Aquí están estos caminos malos. No hay trabajo, ni planes para viviendas, no hay nada», reclamó Andrés, que tiene un hijo adolescente estudiando en el colegio «María Eugenia de Jesús».
«Parches» ante reclamos
Otro de los caminos que las comunidades han pedido se reparen es el que conduce desde las Cuatro Esquinas hasta La Bolsa. Por años, los habitantes de ambas localidades enviaron solicitudes a la comuna leonesa para su reparación.
Las quejas y reclamos constantes lograron una solución temporal al problema. A mediados de enero, las autoridades leonesas enviaron una maquinaria para reparar un kilómetro de camino de tierra, aunque lo que siempre han pedido es el adoquinamiento del tramo como una solución definitiva.
«Ese es el sueño de la comunidad y eso sí sería progreso», dice don Alfredo, que transita a diario con su caballo ese antiguo camino de tierra. Don Alfredo contó que se alegró cuando escuchó del proyecto de adoquinado, pero se decepcionó mucho al ver que solo mandaron a poner «un parche» al problema.
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El campesino de 70 años recordó que, recientemente, la alcaldía celebró con «bombos, platillos y vivas» a Daniel Ortega y a Rosario Murillo por la reparación de un tramo de camino, unos 236 metros de adoquinado y un encunetado que conduce al cementerio de la localidad. «Esto no es nada y tampoco ayuda. Es una burla para la comunidad porque llevamos décadas esperando por un verdadero progreso y cambio. Queremos un adoquinado completo, no pedacitos», exigió.
El poblador criticó también que muchos partidarios se «deshagan» en agradecimiento a Ortega y a su esposa Rosario Murillo por la inversión de los impuestos que la comunidad paga y que es una obligación de la comuna invertirlo para favorecer a los contribuyentes. «Yo le agradecería a estos señores (a Ortega y a Murillo) regalos de verdad, como el adoquinado completo, pero aquí esto no es nada y además gastan más en la fiesta de inauguración que en la obra», señaló.
¿Y las letrinas y el agua potable?
La otra queja es que hay comunidades rurales que no cuentan con acceso a servicio de agua potable y alcantarillado sanitario, por lo que varias familias tienen que resolver según sus recursos.
En mayo del 2023, la comuna anunció el proyecto de construcción e instalación de 70 letrinas, para lo que desembolsaron 2,340,000 córdobas para beneficiar a igual número de familias pobres del municipio, pero hasta la fecha solo han sido entregadas 31 letrinas. Es decir, que 39 familias, más del 50% de las que beneficiaría el proyecto en comunidades como Chacaraseca, La Ceiba, El Convento y Salina Grande, siguen esperando el beneficio.
Desde que don Juan nació vive en Chacaraseca. Ahí se casó y ha levantado una familia de siete hijos y ahora 14 nietos. Hace unos meses, se vio obligado a construir una letrina en su casa con sus mismos medios y con la ayuda de sus hijos, sobrinos y vecinos de la comunidad. Dice que invirtió 25 mil córdobas en la instalación de la letrina.
«Aquí la alcaldía está en deuda con eso (las letrinas) y además, con un sistema de alcantarillado que ofrezca mejores condiciones higiénicas sanitarias a la comunidad y al medio ambiente», expresó por su lado doña Luisa, una habitante de La Ceiba.
El otro problema que enfrentan comunidades rurales de la ciudad más antigua del país, con 500 años de existencia desde su fundación en el pacífico de Nicaragua, es el agua para consumo. Según el mapa de rastreo de pobreza municipal del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) la zona presenta problemas de agua potable, sobre todo se vuelve escasa en verano.
Según el INIDE, los comunitarios viven de actividades agrícolas por lo que no hay problemas de alimentación básica en estos caseríos. Sin embargo, señala que hay un alto porcentaje poblacional sobre todo de adultos mayores, que presentan problemas de salud que son crónicos y carecen de seguro médico porque toda su vida, la dedicaron al trabajo del campo, muchos en sus mismas parcelas.
Inversiones en caminos con pocos beneficios
En el plan de inversión municipal del 2023, la alcaldía sandinista desembolsó 2,489,950 córdobas para la reparación y mantenimiento del camino interno al vertedero municipal. Otros 441,573 córdobas con 22 centavos se utilizarían en el mantenimiento de calle del terreno lotificación «Capitán Póstumo Hilton Manzanares», una urbanización del programa de asistencia «Casas para el Pueblo» que el partido Frente Sandinista impulsa para sus militantes.
Los caminos rurales de esta zona que constituyen la vía, y por la cuales transitan los productos, hortalizas y frutas que llegan a los mercados locales, no se encuentran incluidos en «las obras de progreso» de la comuna leonesa. En varios tramos estos caminos son estrechos e intransitables cuando llueve, tanto que ni pequeños medios de transporte ni motos pueden atravesarlos.
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Un economista local explica que el nivel de pobreza habitual de estas poblaciones podría cambiar si se procura un aumento de la productividad, el comercio y se incentiva la creación de empleos. «Para eso, se necesitan los caminos buenos», señala.
«Siempre hay una especie de aislamiento físico para el campesinado. Un factor que explica el nivel de pobreza que se observa en estas poblaciones que están solas porque la mayoría de ellos, principalmente los jóvenes, han tenido que migrar a otros lugares, incluso países, en busca de una mejor vida, porque nada les ofrece su lugar de origen, solo problemas sin solución», advirtió el especialista.
«No hay rendición de cuentas de los proyectos, ni siquiera se discuten con la gente esos proyectos. Mecanismos como el Cabildo, por ejemplo, ya ni se practican y cuando se hacen, son mítines políticos donde pasan horas ensalzando al gobierno central cuando debería ser un tiempo para discutir los problemas locales, los problema de la comunidad», asegura.