Desde el inicio de la crisis sociopolítica que arrastra el país, el régimen orteguista ha desterrado, expulsado, e impedido el ingreso de 170 religiosos y 76 monjas de la Iglesia católica en territorio nicaragüense.
La ONG Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) publicó un informe en donde recordó los atropellos a los sacerdotes católicos en este 2023. Más precisamente, mencionó a los 12 sacerdotes «enviados» a la Ciudad del Vaticano en agosto de ese año, así como a los 19 religiosos desterrados en enero de 2024.
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De acuerdo al organismo, en diciembre del 2023, ocurrió una «redada sin precedentes» contra los sacerdotes de la Iglesia católica. En un periodo de tres semanas, el régimen detuvo arbitrariamente a, al menos, un obispo, dos seminaristas y 15 sacerdotes. Quienes, sumados a monseñor Rolando Álvarez, fueron desterrados a Roma el 14 de enero.
Raza e Igualdad detalló que «diez de los curas desterrados este 14 de enero pertenecían a la Arquidiócesis de Managua, la cual es manejada por el cardenal Leopoldo Brenes». Esta institución perdió a su canciller, vicario general, tesorero y a su vicario de Familia, Niñez y Juventud, ya que los sacerdotes Pablo Villafranca, Carlos Avilés, Héctor Treminio y Silvio Fonseca, respectivamente, fueron expulsados del país.
De igual manera, los sacerdotes Miguel Mántica, Raúl Zamora, Ismael Serrano, Mykel Monterrey, Gerardo Rodríguez y Jader Hernández funcionaban en distintas parroquias de la Arquidiócesis.
Por otro lado, los párrocos Oscar Escoto, Jader Guido y Fernando Calero trabajaban bajo la Diócesis de Matagalpa. El obispo de dicha institución, monseñor Rolando Álvarez, quien llevaba más de 500 días encarcelado por «traición a la patria», fue parte de estos desterrados.
En la misma línea, el padre Marco Díaz pertenecía a la Diócesis de León y José Gustavo Sandino trabajaba para la Diócesis de Jinotega. Por último, monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna, también fue parte de los 19 desterrados en conjunto de Aelester Sáenz y Tony Palacios, quienes eran seminaristas que lo acompañaban en el momento de su secuestro.
Raza e Igualdad destacó que la liberación de los sacerdotes ocurrió tan solo dos semanas después de que el papa Francisco, líder de la Iglesia católica a nivel mundial, expresara su preocupación por la detención de distintos sacerdotes en el país. Esto ocurrió durante el rezo del «Angelus» del primero de enero.
Los anteriormente desterrados
El 19 de octubre de 2023, en un vuelo desde Managua en dirección a Roma, el régimen de Daniel Ortega, supuestamente mediante una negociación, envió a 12 sacerdotes a la Santa Sede. Por casi dos meses fue desconocida la condición de los sacerdotes, pero el 16 de diciembre un usuario en la red social Tiktok compartió un video donde se les veía participando en una misa.
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La persecución en contra de los padres se remonta a unos años atrás. En 2019, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, abandonó Nicaragua a petición del papa Francisco. Por lo tanto, actualmente hay tres obispos de la Iglesia católica nicaragüense que están exiliados.
Por otro lado, según el informe de «Nicaragua: Una Iglesia Perseguida», más de 10 organizaciones sin fines de lucro, de orden religioso, han sido víctimas de la cancelación de su personalidad jurídica por el Estado orteguista. En su mayoría, estas cancelaciones fueron justificadas bajo el argumento de «no tener en orden la documentación necesaria para funcionar».
Por lo tanto, distintos miembros de dichos organismos, especialmente monjas, fueron expulsados o tuvieron que abandonar el país por su propia voluntad.
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A pesar del reciente destierro de los sacerdotes a Roma, la persecución contra la Iglesia católica aún persiste. El 20 de enero de 2024, el régimen expulsó a tres sacerdotes más, por lo que la cifra seguirá en aumento.