La vicepresidenta y vocera gubernamental del régimen nicaragüense, Rosario Murillo, durante sus anuncios vespertinos en los medios de comunicación oficialistas, destacó la próxima llegada a Nicaragua de una delegación de la cancillería del país de Burkina Faso, ubicado en África Occidental.
Los funcionarios de la nación africana, que ha demostrado ser aliada de la dictadura, visitarán el país el próximo lunes, 29 de enero. De acuerdo con las palabras de la primera dama, la delegación se ocupa no solo de tener «más conocimiento, aproximación y relaciones fértiles y fecundas entre pueblos y gobierno, sino de la instalación de la Embajada del Estado de Burkina Faso en nuestro país».
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Igualmente, Murillo informó que los diplomáticos burkineses «sostendrán reuniones con compañeros de todos los ministerios» y también viajarán a la región caribeña del país.
ExUNEN ahora embajador ante Burkina Faso
El pasado 19 de enero, Luis Andino, expresidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) y que ahora funge como embajador de Burkina Faso, estuvo presente en la apertura de una embajada nicaragüense en el país africano. Esta acción fue aplaudida y elogiada por Murillo, quien describió al empleado orteguista como un «un joven comprometido con las luchas y las causas de la justicia y el amor».
En el acto de inauguración, Andino izó la bandera nacional y la develación de la imagen del escudo como un símbolo como «un homenaje al 157 aniversario del natalicio del poeta universal Rubén Darío», efeméride que se celebró el 18 de enero.
Según las declaraciones de la esposa de Ortega, la dictadura sandinista ya tiene cuatro embajadas abiertas en el continente africano. Esta decisión parece ser un «intento desesperado» del régimen sandinista de acercarse a gobiernos donde Estados Unidos y la Unión Europea tienen menos influencia y donde no habrá muchos cuestionamientos contra la forma dictatorial de gobierno que tiene el sandinismo.
¿Cómo es la política en Burkina Faso?
Burkina Faso, anteriormente conocido como Alto Volta hasta independizarse de Francia en 1960, ha atravesado varios períodos de inestabilidad política y golpes de estado. Uno de los episodios más conocidos en su historia política, fue la Revolución de 1983, liderada por el oficial militar Thomas Sankara, quien asumió el poder con el objetivo de transformar el país y promover la justicia social y económica.
Durante su mandato entre 1983 y 1987, Sankara implementó políticas progresistas que incluían la redistribución de tierras, la lucha contra la corrupción y la promoción de la autosuficiencia económica. Sin embargo, su gobierno también fue criticado por su autoritarismo, debido a su censura de la oposición y control de los medios de comunicación.
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En 1987, Sankara fue derrocado en un golpe de estado liderado por su compañero de guerra Blaise Compaoré, quien luego se convirtió en presidente. Durante su mandato, mantuvo el poder a través de elecciones controversiales y enfrentó críticas por violaciones a los derechos humanos.
Compaoré gobernó durante 27 años seguidos. Sin embargo, en 2014, el pueblo burkinés se levantó contra político africano debido a su intento de modificar la constitución para extender su mandato. El levantamiento de la ciudadanía, unida a una parte militar que se alió con el pueblo, causó finalmente a su renuncia y exilio. Actualmente, la nación sudafricana es liderada por el capitán Ibrahim Traoré, que llegó al poder tras un golpe de estado en 2022.