Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí; monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna, Costa Caribe Norte; y otros 15 sacerdotes y dos seminaristas tendrán un encuentro con el papa Francisco mañana viernes, 26 de enero. La reunión se dará después de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo liberara al grupo católico de sus cárceles y los exiliara a Roma, el pasado 14 de enero.
De acuerdo con la información exclusiva publicada por el medio de comunicación Religión Digital, los religiosos se encontrarán y mantendrán una «conversación privada e íntima» con el pontífice, en el Vaticano.
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Anteriormente, el máximo representante de la Iglesia católica se había reunido con monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua. Durante esta reunión, el papa ratificó al jerarca católico en su cargo obispal y le expresó su «interés y amor por Nicaragua». De igual manera, Báez aseguró que se encontrará con el pontífice «varias veces durante este año».
El destierro a los religiosos
El primer obispo que apareció en la lista de desterrados fue monseñor Rolando Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa, quien estuvo encarcelado por más de 500 días por «traición a la patria» y «ciberdelitos». Junto a él, está monseñor Isidoro del Carmen Mora, obispo de la Diócesis de Siuna. El obispo Mora fue encarcelado por mantener en sus oraciones a monseñor Álvarez.
Posteriormente, se mencionó que fueron enviados el padre Óscar Escoto, vicario general de la Diócesis de Matagalpa, y el presbítero Jader Guido, tercer vicario de la catedral de Matagalpa. Ambos religiosos fueron liberados por el régimen, sin embargo, estaban bajo el sistema de «casa por cárcel» en la Curia Episcopal de Matagalpa.
Después, el Estado especificó que uno de los que salió, con destino a la Santa Sede, fue el padre Pablo Villafranca, párroco de la iglesia de Nuestro Señor de Veracruz, en Nindirí; el sacerdote Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua; el padre Héctor Treminio, párroco de la Iglesia Santo Cristo de Esquipulas; el sacerdote Marco Díaz, padre de la parroquia Santo Tomás Apóstol, del Puerto de Corinto; el sacerdote Fernando Calero, párroco de Nuestra Señora de Fátima, Rancho Grande.
A su vez, fue desterrado el padre Silvio Fonseca, párroco de la iglesia Santa Faz y vicario de Familia y Vida de la Arquidiócesis de Managua; el sacerdote Mykel Monterrey, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Candelaria; el padre Raúl Zamora, párroco del templo religioso Divina Misericordia, el sacerdote Miguel Mántica, párroco de la iglesia San Francisco de Asís.
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Los últimos sacerdotes que completan la lista son el padre Jader Hernández, párroco de la Iglesia Madre del Divino Pastor; Gerardo Rodríguez, párroco de la iglesia de Purísima Concepción; Ismael Serrano, párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de la Arquidiócesis de Managua y, por último, el padre José Sandino, párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Dolores en Santa María de Pantasma.
Por último, estaban los dos seminaristas Tony Palacios y Alester Sáenz, quienes acompañaban a monseñor Isidoro del Carmen Mora cuando fue detenido.