La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo prohibió esta semana la entrada al país del fraile franciscano Juan Francisco Solís Melgar, de nacionalidad guatemalteca y quien se desempeñaba en Nicaragua como director general del centro educativo católico Liceo Franciscano, de Managua. Además, el régimen habría impedido el acceso al país a otros tres sacerdotes y expulsó a dos monjas, según informó la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
«Dictadura sandinista prohíbe entrada a fray Juan Francisco Solís Melgar, representante legal del Colegio Liceo Franciscano. Tenía más de una década de vivir en el país», denunció Molina el pasado viernes a través de su cuenta personal de X.
Consultada por Artículo 66, Molina aseguró que ha recibido información de que otros tres sacerdotes, de los que dijo no estar autorizada aún a identificar, también fueron bloqueados de ingresar a Nicaragua para realizar una misión religiosa.
Recientemente, la vicedictadora Rosario Murillo negó públicamente que en Nicaragua haya persecución religiosa y se atrevió a tratar de justificar el secuestro de religiosos diciendo que «si detienen a un cura, por algo ha de será».
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Las palabras de la vocera gubernamental fueron expresadas mientras 17 sacerdotes sufren un injusto encarcelamiento, 16 de ellos en situación de «desaparición forzada». Ahora se da la prohibición de entrar al país de los religiosos y la expulsión de las monjas, que Molina tampoco puede identificar por el momento.
Destierro de sacerdotes
La represión contra la fe en Nicaragua ejecutada por la dictadura Ortega-Murillo deja como resultado, hasta ahora, 740 ataques contra la institución desde 2018. Entre esos ataques, se encuentra la prohibición de más de 3 mil procesiones, así como confiscaciones de bienes pertenecientes a la Iglesia, según detalla el más reciente informe actualizado «Nicaragua ¿Una iglesia Perseguida?», elaborado por la abogada Molina.
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Además, hasta la fecha más de 100 sacerdotes permanecen fuera de Nicaragua de manera forzada, bien sea por expulsión del país, destierro, impedimento de acceder al territorio nacional o forzados al exilio.
Molina expuso que la situación del clero nicaragüense es preocupante pues muchos sacerdotes están siendo obligados a abandonar sus labores pastorales en Nicaragua, y eso es un «grave golpe a la Iglesia católica porque está dejando al país sin personas que han sido formadas para ejercer el ministerio sacerdotal o diaconal».