El dirigente opositor y exreo político desterrado por la dictadura de Nicaragua Félix Maradiaga decidió declinar de la postulación para el Premio Nobel de la Paz 2024, que hizo para él y el obispo encarcelado Rolando Álvarez, el senador estadounidense Bill Cassidy y pidió que en su lugar sea nominado el obispo auxiliar de Managua, exiliado en EE.UU., Silvio José Báez.
Este jueves, 4 de enero, el senador republicano Cassidy, representante por el Estado de Luisiana, EE.UU., hizo pública, a través de su sitio web oficial su propuesta para que el obispo encarcelado por la dictadura Ortega-Murillo, Rolando Álvarez, y el opositor Maradiaga fueran considerados este año como candidatos para el Nobel de la Paz, el premio más importante y prestigioso a nivel mundial que reconoce la lucha por la libertad, la democracia y la convivencia pacífica.
Según el senador estadounidense, monseñor Álvarez y Maradiaga merecen el reconocimiento por ser «perseguidos y encarcelados falsamente por ser voces firmes y duraderas a favor de la fe y la libertad contra el régimen Ortega-Murillo».
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Sin embargo, pocas horas después de conocerse la nominación, Maradiaga emitió un comunicado personal dando a conocer que, agradece al senador Cassidy, a todas las personas y organizaciones que apoyan su postulación, pero prefiere que la propuesta incluya en su lugar al obispo Silvio Báez, además de monseñor Álvarez.
«He recibido con sorpresa y humildad la noticia de mi inclusión en la nominación para el Premio Nobel de la Paz, junto a monseñor Rolando Álvarez. Quiero expresar mi especial agradecimiento al senador Bill Cassidy, así como a las demás personas y organizaciones que han apoyado esta nominación. Sin embargo, he remitido una comunicación al equipo del senador Cassidy, solicitando que la nominación y los esfuerzos de promoción para el Premio Nobel de la Paz, se concentren en monseñor Rolando Álvarez y monseñor Silvio Báez», dice Maradiaga, en un mensaje enviado a los medios de comunicación.
El líder opositor argumenta que su declinación al Nobel obedece a varias razones, entre las que destaca el hecho que los obispos Álvarez y Báez son pilares fundamentales y «guías espirituales» del pueblo nicaragüense frente a la persecución religiosa que vive el país, por tanto «es a ellos a quienes corresponde ser nominados», asimismo, ofreció su respaldo, admiración y gratitud a los jerarcas católicos.
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Maradiaga se comprometió a continuar dedicando sus esfuerzos «a la causa de la libertad en Nicaragua y al derecho inalienable de los nicaragüenses a practicar su fe y expresar libremente sus ideas, sin las restricciones impuestas por la dictadura sandinista».
Insiste en la unidad
El dirigente opositor, consultado por Artículo 66, señaló que va a seguir trabajando en la misión fundamental que es lograr la libertad de todos los reos de conciencia y avanzar en el camino hacia la liberación de Nicaragua.
«En este momento crucial, es imperativo, que todos los nicaragüenses de buena voluntad unifiquemos nuestras voces bajo una visión compartida: alcanzar la libertad de todos los presos políticos y forjar una nación libre. Mantener viva la esperanza de transformación, es esencial», declaró Maradiaga.
El premio Nobel de la Paz, es otorgado cada año por el Gobierno de Suecia. El Comité del Nobel da a conocer los ganadores del galardón en el mes de octubre. Las nominaciones de monseñor Álvarez y Maradiaga son las primeras que se hacen públicas este año.