El dictador Daniel Ortega otorgó el cuarto cargo de embajadora extraordinaria y plenipotenciaria a su operadora política en el Ministerio de Relaciones Exteriores Sandra Anabell Dávila Sandoval, al designarla representante en Filipinas, y con ello, la diplomática de la dictadura se consolida en el denominado grupo de «superembajadores».
Dávila Sandoval es ahora embajadora del régimen Ortega-Murillo ante el Gobierno de Filipinas, en carácter de concurrente, con sede en Japón, según el Acuerdo Presidencial 231-2023, firmado por Ortega el 24 de noviembre y publicado en la Gaceta Diario Oficial número 216, de este martes 28 de noviembre.
La funcionaria del servicio exterior de Ortega ya ostenta el cargo de embajadora en Japón, donde fue designada en agosto del 2022, de acuerdo con el acuerdo ministerial 125-2022.
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El 11 de agosto de 2023, Dávila Sandoval fue nombrada jefa de la misión diplomática de Nicaragua ante el Gobierno de la República Socialista de Vietnam, en carácter de concurrente con sede en Tokio, capital de Japón, mediante el acuerdo presidencial 142-2023.
Dos meses después, mediante el acuerdo presidencial 203-2023, publicado en el Diario Oficial La Gaceta del 9 de octubre, recibió el nombramiento de embajadora concurrente ante la República de Malasia.
La «élite» de los «superembajadores»
Con este nuevo nombramiento, la diplomática al servicio del régimen se consolida dentro del selecto grupo de los que Artículo 66 dio a conocer como los «superembajadores» de la dictadura, donde se cuentan operadores políticos en los que el dictador confía a tal punto de enviarlos simultáneamente cuatro o más misiones diplomáticas en el mundo.
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Entre los superembajadores se cuenta a personajes como el ciudadano libio y sobrino de Mohamar el Gadafi, el desaparecido dictador de ese país, Mohamed Farrara Lashtar, nacionalizado nicaragüense en 1990 y que ostenta 12 nombramientos como embajador, de ellos 11 son en calidad de concurrente en países de África y Asia.
Luego está el controversial italiano nacionalizado nicaragüense Maurizio Carlo Alberto Gelli que ostenta la representación de 5 embajadas. Le sigue Alba Azucena Torres Mejía, quien tiene a su cargo nueve representaciones diplomáticas desde que en el 2018 fue nombrada como embajadora en Rusia, y ahora se incorpora Sandra Dávila Sandoval que ya lleva cuatro nombramientos.