El Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo de Andalucía, en España, confirmaron la sentencia a dos mujeres nicaragüenses, identificadas como Virginia de Jesús G.P. y E.R.P.C., señaladas de ser las lideresas de una red que se dedicaba a engañar a otras compatriotas para llevarlas hasta Sevilla y explotarlas laboralmente.
De acuerdo al medio de comunicación ABC de Sevilla, el órgano judicial declaró que esta fue la tercera condena y que «no hay lugar» a un recurso de casación que introdujo una de las condenadas, a quien la Audiencia de Sevilla le impuso la pena de 15 años de prisión por ayudar a la explotación laboral de las nicaragüenses de escasos recursos.
Las víctimas del engaño son cuatro mujeres que, ante la falta de empleo y pobreza del país, consintieron viajar a Sevilla con la promesa de que podían encontrar trabajo como domésticas de buen salario que permitiera dar una mejor vida a sus familias en Nicaragua.
Los delitos de las mujeres
El medio de comunicación indicó que Virginia de Jesús G.P. fue condenada por la Audiencia de Sevilla por cuatro delitos de trata de personas y por el delito de tráfico ilícito de migrantes, recibiendo 20 años de prisión y tres meses de cárcel.
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De igual manera, se estableció 10 años de prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de 200 metros a cuatro de las víctimas. Pero la nicaragüense, de acuerdo al artículo 76 del Código Penal de España, deberá cumplir solo 15 años de cárcel. La otra mujer de iniciales E.R.P.C. también recibió la misma sentencia. En su caso,la Audiencia fijó el límite de cumplimiento en seis años de cárcel.
¿Cómo trabajaba la red?
Desde febrero de 2018, las mujeres nicaragüenses iniciaron a ejecutar su plan de explotación laboral. «Las víctimas eran ciudadanas nicaragüenses que, por estar en su país precisadas de obtener ingresos por una situación laboral precaria e insuficiente para su sustento personal o familiar o por encontrarse sin trabajo, consentían venir a España», resaltó el diario español.
Las víctimas llegaban primero a Bilbao y de ahí eran trasladadas a Sevilla en autobús. ABC de Sevilla destacó que Virginia de Jesús era la encargada de embaucar a las «víctimas bajo la falsa promesa de encontrar en Sevilla un trabajo digno y bien remunerado en el servicio doméstico». La condenada asumía los costos de viaje, y no le revelaban el verdadero precio.
Una vez estando en España le hacían «ver a sus víctimas que habían contraído una elevada deuda por el desplazamiento de entre 3,500 y 7,000 euros» que solo podían pagar laborando en los trabajos E.R.P.C., en servicios domésticos y cuidando a personas mayores. Las víctimas vivían en condiciones de aglomeración en Sevilla.