El ministro general de la Orden de Frailes Menores (OFM), Fray Massimo Fusarelli, lamentó la cancelación de la personalidad jurídica de la congregación franciscana en Nicaragua y señaló que esta acción represiva del régimen orteguista deja a los religiosos con una «presencia más frágil» en el país.
«Nuestra presencia en Nicaragua ahora es más frágil, pero los hermanos tienen la voluntad y el deseo, la alegría de quedarse, de seguir como sea posible y sin hacer polémica, porque nosotros los franciscanos tenemos siempre la palabra de San Francisco de ser hombres de paz y pacificadores, nunca llegar a formas de lucha o de palabras que no sean buenas», dijo el líder religioso en entrevista con Mosaico CSI, en Antigua Guatemala, donde estuvo como parte de una gira por tres países de la Provincia Franciscana Nuestra Señora de Guadalupe.
Asimismo, reiteró que «en ese espíritu de paz y de reconciliación queremos permanecer en Nicaragua, acompañar el camino de los demás y seguir la situación cómo se va desenvolviendo».
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Fray Massimo Fusarelli además indicó que ha estado siguiendo de cerca «los desafíos que enfrentan sus hermanos franciscanos« en Nicaragua. «Estoy acompañando la situación de nuestros hermanos en Nicaragua desde (hace) mucho tiempo, no solo ahora», dijo.

«Soy consciente, conozco lo que pasa, la situación a veces de tensión, pero también de la voluntad firme de nuestros hermanos de quedarse con el pueblo en Nicaragua, con la gente, y de seguir su misión y su vida franciscana, de los hermanos como de las Clarisas», destacó.
Este martes, 24 de octubre, se publicó en La Gaceta, diario oficial, el acuerdo aprobado para cancelar a diecisiete Organizaciones Sin Fines de Lucro. La Orden de los Frailes Franciscanos es uno de los nombres que destaca en esa lista.
El motivo que argumenta el gobierno para esta cancelación fue que «no entregaron informes financieros, con desgloses detallados de ingresos y egresos, balanza de comprobación, detalle de donaciones (origen, proveniencia y beneficiario final) y sus Juntas Directivas».
Los ataques a la Iglesia Católica
Esta acción represiva del régimen se suma a los 667 ataques que ha sufrido la Iglesia católica de Nicaragua, entre abril de 2018 y agosto de 2023, según detalla la IV entrega del recuento: ¿Una Iglesia perseguida?, de la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
Además, el informe señala que al menos 151 religiosos se han visto obligados a realizar su misión pastoral fuera de Nicaragua, debido a que la dictadura de Ortega los ha expulsado, desterrado o prohibido el ingreso al país.
Entre los religiosos que la dictadura ha expulsado del país están un nuncio, un obispo, 58 sacerdotes, tres diáconos, cinco seminaristas y 83 monjas, entre extranjeras y nacionales.