El sacerdote Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia en Sébaco, de la Diócesis de Matagalpa, demandó al cardenal Leopoldo Brenes que interceda por la libertad de monseñor Rolando Álvarez, quien este cuatro de agosto cumplirá un año de estar secuestrado.
Refiriéndose a la bajada de Santo Domingo de Guzmán, patrono de Managua, el religioso señaló que así como el arzobispo de Managua «negoció la salida de la imagen», que de igual manera «negocie la salida del Obispo del pueblo, Monseñor Rolando José Álvarez».
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Las declaraciones del religioso, exiliado debido a la persecución por parte del régimen de Ortega, se dan luego que el primero de agosto, miles de feligreses de Managua pudieron celebrar sus fiestas patronales, a diferencia de otras ciudades, a quienes la dictadura persigue y niega el permiso para realizar sus actividades religiosas.
Además de prohibir toda actividad religiosa, la administración orteguista mantiene privados de su libertad al menos a cuatro sacerdotes, a los que acusa por delitos comunes y por supuesta traición a la patria.
Desde el nueve de febrero, el obispo Álvarez está recluido en una de las celdas de máxima seguridad del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, en Tipitapa, tras ser condenado a 26 años de prisión por supuesta conspiración contra la patria.
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Luego de la última visita familiar, el 25 de marzo, que la dictadura permitió a monseñor Álvarez, el religioso acumula casi cinco meses sin ser visitado. Fuentes internas del penal han informado a Artículo 66 que al prelado se le ha negado recibir paquetería.
Álvarez, uno de los religiosos más críticos de la dictadura orteguista, ha sido objeto de asedio, persecución, calumnias, encarcelamiento y hasta la pérdida de su nacionalidad. Además ha sido señalado por Daniel Ortega de «soberbio» y «rabioso» por negarse a ser desterrado del país.