Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, cumple cuatro meses desde la última vez que sus familiares lo visitaron en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como «La Modelo», en Tipitapa.
El sábado, 25 de marzo, el régimen de Ortega exhibió al religioso en fotografías, durante la visita que le hicieron dos de sus hermanos en el penal de varones, donde está en cautiverio desde el nueve de febrero, tras negarse a ser desterrado, junto a 222 exreos políticos que fueron expulsados hacia Estados Unidos.
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Luego de la presentación en los medios de la propaganda gubernamental, la dictadura no ha permitido que su familia lo vea, más bien se conoció que las autoridades carcelarias han prohibido que el religioso reciba paquetería y que nuevamente sea visitado.
«—A los familiares del obispo— no les han permitido otra visita y no les admiten paquetería; eso sucederá hasta que por órdenes superiores se oriente otra cosa», explicó recientemente una fuente en condición de anonimato.
Por su parte, la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) recordó que el obispo acumula 340 días de encierro, desde el cuatro de agosto del 2022 que fue privado de su libertad. «Pedimos justicia para Monseñor Álvarez, quien es víctima de una persecución inhumana», demandó la organización estudiantil.
A inicios de julio se había informado, a través de medios de comunicación, que monseñor Álvarez había sido sacado de «La Modelo» y que sería desterrado hacia Roma, sin embargo, tras varias horas de incertidumbre, el cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, negó la noticia y sostuvo que el prelado sigue detenido en La Modelo.
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El próximo cuatro de agosto, monseñor Álvarez cumplirá un año de que fue privado de su libertad, tras ser impedido, por decenas de antimotines, de salir de la Curia Episcopal de Matagalpa, para luego, el 19 del mismo mes, sacarlo por la fuerza, acusándolo de conspiración contra la patria.
El Administrador apostólico de la Diócesis de Estelí es una de las voces más criticas de la dictadura Ortega y Murillo, lo que le costó una condena de 26 años de prisión, más la pérdida de su nacionalidad.