La celebración, el pasado 16 de julio, del 44 aniversario de la liberación de la ciudad de Estelí, antesala a la insurrección popular de 1979 contra la dinastía de los Somoza, dejó en evidencia la división a lo interno del Frente Sandinista: unos se han declarado «Verdaderos Sandinistas», otros «Orteguistas» y otra buena parte «Chayistas».
También en la ciudad de Somoto, cabecera del departamento de Madriz, muchos militantes históricos del FSLN rechazan a los que denominan «orteguistas»y a aquellos de la Juventud Sandinista 19 Julio, señalados de «Chayistas». Estos últimos controlados por Rosario Murillo, quien cogobierna el país junto a Daniel Ortega.
Durante las celebraciones de la liberación de Estelí y el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio, se podía ver la poca participación en las caravanas de vehículos del Estado, incluyendo las ambulancias de la denominada Cruz Blanca, propiedad de la confiscada Cruz Roja Nicaragüense.
Noticia relacionada: De grandes plazas a circuito cerrado: 7 ejemplos de la decadencia del 19 de julio
En ellas viajaban seguidores del gobierno que trabajan en las empresas gubernamentales, unos obligados a participar, y los que eran llevados desde las comunidades rurales y barrios estelianos y somoteños. Mientras que una buena parte de aquellos viejos guerrilleros de los años 70 se quedaron en sus casas.
Lucha interna entre «los históricos y los de ahora»
Antiguos guerrilleros de Estelí, y que lucharon en el derrocamiento de la dictadura de Somoza, admiten que en la actualidad existen divisiones a lo interno del partido rojinegro.
«Hay quienes son fieles a la compañera Rosario Murillo, por conveniencia, y otros (fieles) a Daniel Ortega, porque se le reconoce los méritos al comandante, mientras la mayoría que nos costó la lucha sandinista nos mantenemos fieles a los estatutos de nuestra organización política, FSLN», manifestó el esteliano José Alfredo Martínez Rocha, que durante la insurrección usó el seudónimo de «Santos». Ahora tiene 59 años, y vive exiliado en España.
Agregó Martínez Rocha que la división interna del sandinismo se agudizó con los grupos paramilitares que se autodenominan Consejo de Defensores de la Patria, Codepat, organizados para hacer frente a los tranques surgidos a partir las protestas antigubernamentales de abril de 2018, y que dejó a unos 355 manifestantes muertos y centenares de heridos.
Contó el exguerrillero que muchos sandinistas no estaban de acuerdo con la conformación de estas fuerzas criminales y los grupos de choques violentos de jóvenes. «En Estelí, muchos jóvenes que murieron en las protestas de abril de 2018, eran hijos de verdaderos militantes sandinistas que luchamos en la guerrilla contra la guardia de Somoza. Expresamos nuestro desacuerdo con la brutalidad con que se atacó a los manifestantes. El mismo Bayardo Arce, admitió que el comandante Ortega se equivocó», agregó otro excombatiente histórico del municipio esteliano de Condega, quien pidió no ser identificado.
Esta persona, quien perdió a un hijo en la ciudad de Estelí, durante el levantamiento popular en contra de la dictadura Ortega-Murillo, dijo que había que recordar lo que le pasó al «Chino Enoc», Marlon Gerardo Sáenz Cruz, que por cuestionar la forma en que manejan el FSLN, fue apresado y ahora desterrado.
Para otro que se autollama «verdadero sandinista»y que vive en la ciudad de Somoto, las celebraciones del 19 de julio dejaron de ser una conmemoración histórica del pueblo nicaragüense. «Si vos ves anda poca gente en los actos de celebración, porque la gran mayoría del pueblo está hastiada del mismo discurso, de los berrinches de (la Chayo) Murillo y de todos los atropellos a los verdaderos militantes sandinistas. Ahí los que caminan son vividores y oportunistas», confesó.
Culpan a Murillo «por descarte»
Recordó otra fuente que fue la misma Rosario Murillo que mandó a desechar a aquellos a los que atacaron los tranques. «Quienes andaban de paramilitares eran viejos exagentes policiales y del Ejército (de Nicaragua) y grupos de excombatientes históricos a los que les ofrecían 7 mil córdobas al mes y hasta les prometieron ayudarles con casas y trabajo y después los tiraron como despojos humanos a la basura», recrimina.
También hay quienes piensan que quienes son fieles a la pareja presidencial son aquellos funcionarios del Estado que «viven muy bien y que le sacan provecho» al desorden que hay en el partido, mientras otros, son obligados a rendirles fidelidad, como le ocurre a los empleados del Estado.
Por: Voces Unidas.