Ante la expulsión de la Selección Nacional de Fútbol de Nicaragua de la Copa Oro, todos los integrantes de la directiva de la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut) deberían renunciar por la «torpeza» que cometieron al inscribir en encuentros internacionales a un extranjero «inelegible» para esas competencias, opina el cronista deportivo Miguel Mendoza.
La Selección Nacional Azul y Blanco, que por cuarta vez en su historia había clasificado para participar en la Copa Oro, uno de los eventos de futbol de mayor nivel regional, fue sancionada por el Comité Disciplinario de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) con «exclusión» del evento que iniciará en su fase de grupos el próximo 24 de junio.
Nicaragua estaba ubicada en el Grupo «A» junto a Estados Unidos, Jamaica, y un equipo que resultara ganador en las preliminares. Sin embargo, el sueño de que la Azul y Blanco demostrara que el fútbol nicaragüense ha mejorado, se esfumaron.
Causas y responsables de la expulsión
La resolución de la Concacaf es clara y directa al señalar las razones de la medida más drástica que se toma en caso de violación a los reglamentos de la organización deportiva: «La Concacaf ha anunciado que su Comité Disciplinario ha sancionado a la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut) por una violación grave a los reglamentos aplicables de FIFA/Concacaf, al alinear a un jugador inelegible en ocho partidos de la Selección Nacional masculina de Nicaragua, incluyendo partidos de la Liga de Naciones Concacaf (CND) 2022-23», informó la organización futbolística regional.
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El jugador extranjero inelegible para jugar vistiendo el uniforme azul y blanco es el uruguayo nacionalizado nicaragüense Richard Rodríguez, quien no había cumplido con todos los requisitos de nacionalidad para integrar la selección de Nicaragua y, sin embargo, fue alineado en ocho encuentros internacionales.
«Ante esta grave violación del reglamento, el Comité Disciplinario de Concacaf ha decido excluir a la Selección Nacional masculina de Nicaragua de competir en la Copa Oro-Cocacaf 2023 y relegarla a la Liga B de la Liga de Naciones (CNL) 2023/24», añade el comunicado. Es decir, Nicaragua fue bajada de nivel en las competencias regionales.
«En otro país, con orden y vergüenza, todos los federados tendrían que renunciar por esta torpeza, afrenta y humillación, pero en Nicaragua -aunque me digan que todo lo mezclo con la política- no va ocurrir porque tienen protección de la dictadura y todos (los responsables por la sanción) son operadores del régimen, que controla los cargos dentro del deporte», critica, a través de su cuenta oficial de Twitter, el cronista Mendoza, quien lleva más de 30 años dando cobertura al deporte nicaragüense.
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Mendoza responsabiliza por lo que catalogó como «catástrofe deportiva» al secretario general de la Alcaldía sandinista de Managua, Fidel Moreno, al presidente de Fenifut Manuel Quintanilla, al secretario general de la misma, José María Bermúdez, y a todos los directivos, a los que señala de «corruptos» y de ser los responsables de violar el reglamento de la Concacaf.
«Llevan años usando dinero corrupto para nacionalizar jugadores de fútbol para integrar la Selección Nacional. Siempre está la mano de Fidel Moreno en todo esto. Y como son brutos con reales, ni siquiera entienden el reglamento o, tal vez, como están acostumbrados a hacer lo que se les venga en gana, creyeron que podían poner y quitar extranjeros con la Azul y Blanco sin respetar las reglas», acusa el cronista deportivo.
El jugador uruguayo, Richard Rodríguez, que se convirtió en el motivo de la caída de la Azul y Blanco, alineó con la selección por primera vez en un juego oficial contra San Vicente y Las Granadinas el 5 septiembre de 2019. Luego participó en 7 encuentros más y su última aparición con la camiseta nicaragüense fue el 13 de junio de 2022, en un partido disputado contra Bahamas, que Nicaragua ganó 4-0.