La pronta visita del dictador de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisí, a Nicaragua, ha despertado todo tipo de expectativas en cuanto las intenciones del iraní de visitar el país centroamericano, lo que por el momento si podría descartarse es que Irán, halándose con Rusia logren atraer a China para convertir a Nicaragua en un enclave antiestadounidense, tal como lo desea el dictador Daniel Ortega, según un experto en política internacional consultado por Artículo 66.
La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, confirmó el pasado jueves 8 de junio, que para el martes 13 de este mismo mes se espera la visita al país del presidente de Irán, como parte de una gira por Latinoamérica, que incluye a sus otros únicos amigos en la región, Venezuela y Cuba.
Las relaciones del régimen Ortega-Murillo con las dictaduras más totalitarias del mundo como el mismo Irán, Rusia y China son mal vistas por occidente porque consideran que ponen en peligro la estabilidad del continente.
Recientemente, el analista político en el exilio Eliseo Núñez, en entrevista con este medio, opinó que Ortega está atrayendo hacia Centroamérica a enemigos de Washington, «apostando a convertirse en un problema de seguridad de tal magnitud, que pretende obligar a EE.UU. a negociar con él la estabilidad en la región», porque beneficios económicos o grandes acuerdos de cooperación no se ven por ningún lado.
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En ese sentido, el analista Alberto Cortés, investigador político de la Universidad de Costa Rica (UCR), considera que la primera impresión que surge al conocerse de la visita del presidente iraní a Nicaragua es que podría ser «acción diplomática, protocolaria, consistente con la línea geopolítica que ha seguido el régimen dictatorial de Ortega y Murillo desde hace varios años, alineado con ciertos estados que están, desde una perspectiva global, intentando hacer un contrapeso geopolítico al orden occidental».
Para el experto en política internacional, es difícil predecir que esa visita vaya a tener una influencia real en términos de «escala o de importancia, geopolítica, política y económica en la relación entre Nicaragua e Irán». Recordó que Nicaragua y e Irán han tenido una relación política fuerte, sólida.
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«Habría que esperar, a ver si la visita realmente se refleja en un cambio en términos de actividades o de cooperación, o de líneas de cooperación y de trabajo diplomático común», señala el analista.
Cortés considera que hay que observar con atención lo que se pueda acordar durante la visita del mandatario iraní a Nicaragua, sobre todo si hay un «fortalecimiento en líneas de cooperación militar, en inteligencia, en actividad económica, en tecnología o en la parte nuclear, lo que sí podría ser leído como una amenaza para los Estados Unidos y para la región misma».
China no apoyaría a Irán y Rusia para amenazar a EE.UU. desde Nicaragua
Consultado sobre la posibilidad de que Irán, Rusia y China converjan en Nicaragua para convertir a este país en un enclave peligroso contra Estados Unidos, el analista fue categórico al afirmar que China no se sumaría a esa aventura.
«Nicaragua no es tan importante en términos geopolíticos. Que los tres países se vayan a poner de acuerdo para transformar a Nicaragua en un enclave contra Estados Unidos, no me suena. La orientación de China es otra. No lo veo como el escenario más probable, o sea, China, tiene una estrategia global distinta a la de la Unión Soviética de los 70 y 80», aclaró.
Agregó que los chinos tienen una «estrategia más económica» no ve posible que el Gigante Asiático confluya en Nicaragua con Irán y con Rusia, sobre todo porque «Rusia e Irán están muy rezagados con respecto a China en la parte económica».