El 8 de junio de 2021, a eso de las 7 de la noche, un fuerte dispositivo policial asaltó la residencia del entonces precandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro. En el transcurso de ese mismo día fueron secuestrados el también precandidato Félix Maradiaga y los activistas Violeta Granera y José Adán Aguerri. Todos integrantes de dos grupos opositores diferentes. Dos años después, siguen en la búsqueda de la unidad.
El ahora exreo político desterrado y desnacionalizado Juan Sebastián Chamorro, en su cuenta personal de Twitter recuerda los sufrimientos que pasó él y todos los presos políticos que estuvieron «secuestrados» en las mazmorras sandinistas y agradeció al pueblo de Nicaragua por haber estado pendiente de ellos y sus familiares.
Recordó que en la cárcel, en medio de los sufrimientos que los hizo pasar la dictadura, tuvieron la oportunidad de compartir entre integrantes de los diferentes grupos opositores y ese fue el mejor punto de convergencia de la oposición.
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«Ortega, al secuestrarnos de la manera arbitraria, lo que hizo fue juntarnos a los liderazgos opositores. Pudimos compartir muchas vivencias y eso, creo yo, fue un elemento que facilita mucho la unión que debe haber entre las distintas fuerzas opositoras», reseña el dirigente opositor.
Después de permanecer 20 meses y un día encarcelado, Chamorro, junto a 221 presos políticos, fue excarcelado el pasado 9 de febrero y desterrados a EE.UU. Horas después todos fueron privados de su nacionalidad y obligados a vivir en tierras extranjeras en condición de apátridas.
La oposición nicaragüense ha sido criticada por mantenerse dispersa, sin signos reales de unión. Lo que para Chamorro no es así, pues considera que sí hay un proceso de unidad en marca, lo que llama «unidad en la acción».
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«La unidad es algo mucho más amplio que simplemente unir personas. La unión no es un evento, sino que un proceso en el cual todos tenemos que ir en base a nuestras capacidades y posibilidades, trabajar en acciones concretas», explica el opositor, y considera que el encarcelamiento que vivieron los más de 200 opositores no fue en vano, pues la unidad opositora «se va a materializar y se va haciendo en la acción».
«Cuando ves reuniones, cuando ves comunicados, cuando ves posicionamientos conjuntos o coincidentes, es la unidad en acciones concretas y específicas», reitera Chamorro.
La dictadura está más débil que nunca
Chamorro analiza que el recrudecimiento de la represión y las acciones cada vez más extremas de la dictadura son la mejor señal de que están más débiles que nunca, por lo que llamó al pueblo de Nicaragua a mantenerse optimistas porque el régimen de Ortega está llegando a su fin.
«La próxima visita del dictador de Irán, en el encarcelamiento a monseñor Rolando Álvarez, la represión a la Iglesia y mantener casi 50 presos políticos, son medidas extremas que demuestra más debilidad que fortaleza. Es un hecho histórico de que las dictaduras ejecutan acciones extremas cuando están débiles. La dictadura va en su proceso terminal, que puede tomar algún tiempo, pero hay que tener fe en que estos procesos son irreversibles», alentó el dirigente opositor.
Los sueños, sueños son…” dice un conocido verso. Conociendo como somos los nicas y mas los politicos, esa famosa unidad opositora es un sueño.